lunes, 20 de septiembre de 2010

Lo que fui es lo que soy… ¡¡y más!! Y en Almacelles doy por concluido mi particular paseo por el Paraíso…



Un aplauso para ti y para los estupendos momentos de esta gira española que he tenido la oportunidad de presenciar…

¿Qué hombre es capaz de hacer que yo conduzca más de 600 km. en dos días en menos de una semana? Para la gran mayoría, esto no será ninguna hazaña, pero, para los que me conocéis, sabéis perfectamente que a mí me supone un gran esfuerzo… ¡¡Y más si me toca conducir sola y tarde, cosa que odio y me aburre sobremanera!! Afortunadamente, me esperaba buena música, el “Paraíso Express”, que, pese a ser el último CD de este gran artista, creo que es uno de los que más he escuchado.

El pasado sábado, a las 18 h., salí de mi pueblo, Castelldefels, dispuesta a ir a mi última cita con el Paraíso… Hace tiempo se me pasó por la cabeza ir a la cita de Almería, porque, además, al día siguiente, en Barcelona es fiesta y podía estar 3 días y medio allí, pero ya sería mi 8ª cita y la 6ª fuera de Barcelona ciudad… Reconozco que me sigue entrando el gusanillo y que incluso miré billetes de Iberia, y saber que a la cita iba David Bisbal era otro aliciente…

Recuerdo que una vez me hablaron de un programa de “Conductores Cantantes”. Estos no me han visto a mí… He cantado más en el coche que en los karaokes, os lo aseguro. El disco comienza con la canción de “Peter Punk”, que reconozco que le empecé a coger cariño cuando vi que era la canción que inauguraba sus conciertos de la Gira Tour Paraíso.

Pasan los años, y cambia mi vida y mi situación, y amplío mis gustos musicales, y este hombre continúa emocionándome cada vez que le veo aparecer en el escenario. Desde que tenía 11 años y lo vi por primera vez, habrá hecho discos que me han gustado más, otros que me han gustado menos, pero sigue siendo y será mi ídolo. ¿Por qué otro famoso he pasado más noches en vela, me he discutido más por defenderle y por seguirle y he hecho múltiples disparates? No he pasado más frío en mi vida que aquel diciembre del 98 esperándole durante una noche entera en la puerta de su casa de Madrid a que saliera, cada vez que paso frío, me acuerdo del frío húmedo que me calaba los huesos de esa noche, y os aseguro que no se ha superado. Yo llevaba una carpeta y se cubrió completamente de agua helada. Supongo que los madrileños estarán más acostumbrados, pero, yo, fan del clima mediterráneo tanto como de Alejandro Sanz (justamente el clima fue el detonante en la elección de mi lugar de estudio de inglés durante este verano), he archivado ese día como el día en que casi mis huesos se convierten en cubitos.

Podría relatar múltiples capítulos de mi vida en los que Alejandro Sanz ha estado presente o ha tenido mucho que ver. En Mayo del 98, cuando en mi viaje de Fin de Curso, les dije a mis compañeros si alguien me quería acompañar a casa de Alejandro Sanz y me dijeron: “¿¿A casa de Alejandro Sanz?? ¿¿Pero qué posibilidades tienes de verle??” Y yo dije: “Uy, muy pocas, una entre 15.000 millones de conocerle, pero bueno, a mí me han dicho que es muy majo y que incluso hay gente que ha entrado a su casa, ¡aunque eso es prácticamente imposible!”. Pues el 31 de Mayo de 1998 pasó a la historia para mí como el día en que estuve con mi ídolo una hora y media, entramos un grupo de gente a su casa, a su tablao flamenco en su antigua residencia de Madrid y pensé que qué chico más simpático y vivaracho, y que qué lástima que fuera famoso porque, si no, intentaba ligármelo jajaja. Será que no había chicas haciendo cola… Recuerdo con cariño su firma en mi CD “Más”, en el que me puso que era un sol. También recuerdo que unas chicas que también entraron me dijeron: “Sobretodo no llores, ¿eh? Que si no se queda un poco cohibido”. Lógico, y ya me veis a mí aguantándome la emoción, cuando me saludó y le dije que había venido de Viaje de Fin de Curso y que me había largado a verle, y él comentó las locuras que se hacían en los viajes, hizo algunas bromas y estuvo contando chistes, la mar de simpático y alegre. ¡Y sencillo! Recuerdo que me quedé impresionada de su trato amable y sencillo, ya me lo habían comentado, pero verlo con mis propios ojos fue todo un redescubrimiento. Como anécdota, también recuerdo que todavía no tenía móvil y le tuve que pedir llamar por teléfono al hotel para decir que llegaría más tarde, y antes tuve que llamar a Información. No se me olvidará el teléfono del Hotel Mediodía en la vida jejeje. Una no llama a Información todos los días desde casa de Alejandro Sanz. Dejé una nota al director del colegio, y, cuando llegué al hotel eran pasadas las 23 h., y no le habían dado el mensaje. Estaba una amiga mía preocupadísima y entré yo contentísima dando botes diciendo que había estado con mi ídolo, ¿¿así cómo me iban a sancionar?? Pero no me hubiera importado, mereció la pena. Además, por poco, ya era mayor de edad. Aunque cuando le di dos besos por primera vez, en septiembre del 97, cuando vino por sorpresa a las Fiestas de la Mercè como invitado especial en el concierto de La Unión todavía no lo era… En esa ocasión, estuve esperándole toda la noche en el Hotel NH Podium… Desde las 2 de la madrugada, pasaban las horas y pasaban, pensábamos que saldría a dar una vuelta por la noche barcelonesa, y a las 13:50 h., cuando ya pensábamos que lo habían abducido, ahí apareció, fresco como una rosa y encantador. Tengo una cara de lela total en esa foto, y también en la de mayo del 98, jeje, si ya de por sí soy expresiva, pues imaginad si me hago una foto con mi ídolo…

Y podría contar múltiples capítulos más, como estarme toda la noche en vela haciendo cola para un concierto suyo (ahora ya soy mayor para estas cosas), sin apenas beber y comer para no tener que ir al baño y perder fila, el correr más que en la prueba de velocidad de gimnasia de B.U.P. cuando abrían las puertas de los locales de los conciertos… Sí, sí, en eso tendría que haber pensado cuando hacíamos el examen de velocidad, en que tenía que coger primera fila para el concierto de Alejandro, precisamente…

Y han pasado los años, y han ido cambiando cosas, he ido cambiando yo, mi vida, pero siempre que ha venido Alejandro a Barcelona, con cada una de sus giras, no me lo he perdido. Fuera la circunstancia que fuera. He ido sola y acompañada, con pareja y sin pareja. Hace años, iba siempre acompañada, pero cuando vi que yo perdía mi poder de convocatoria, tenía muy claro que no me iba a perder sus citas… Igual que los 50 min. que estuve el año pasado para coger la entrada para su concierto en el Teatro Compac, sufriendo y llamándome mis amigos para recordarme que, en ese momento, se ponían a la venta. ¡¡Y la felicidad cuando conseguí, por fin, reservar una entrada!!

Y sí, él evolucionará como artista, atraerá a un público o a otro, y seguirá consiguiendo emocionarme con su presencia y con su poder de convocatoria, y con la magia que desprende en el escenario, con la capacidad que tiene de lograr que miles de personas coreen sus temas, sigan botando con sus canciones y pidiéndole unánimemente que baile (como en el concierto el pasado sábado).

Me sorprende la complicidad, amabilidad y admiración con la que trata a sus músicos (al contrario que algún otro artista que he tenido la oportunidad de ver en directo…). Él sabe que su banda es esencial y les motiva y valora para que den lo mejor de sí mismos. También me sorprende el gran nivel, la manera en la que se entregan y se ve que disfrutan con su trabajo. Porque vivir de la música debe ser para ellos su particular paraíso… Y todos ellos, por su excelente labor, merecen que les dé las gracias: Mike Ciro - Director Musical (Nueva York), Alfonso Pérez - Teclados (Barcelona), Carlos Martín – Vientos y Percusión (Valencia), Chris Hierro – Teclados y Coros. (Nueva York), Nathaniel Townsley - Batería (Nueva York), Jan Ozveren – Guitarra (Londres), Sara Devine - Coros (Arkansas), Txell Sust - Coros (Barcelona) y Aramand Sabal - Bajo (Camerún) (Gracias LG por ayudarme en la chuleta… jeje).

Me gusta especialmente que una de sus canciones del final sea justamente la que nos dedicó a sus fans “Tu letra podré acariciar”, que no se olvide de su temazo “Lo Ves”, ni de “Lo que fui es lo que soy”, grandes éxitos de hace muchísimo tiempo, así como su memorable y mundialmente conocido “Corazón partío”. Y también alguna sorpresa como “Yo sé lo que la gente piensa”. Y su medley final de grandes éxitos que consigue grandes aplausos y recordarnos temas supremos como “Amiga mía” y “Mi soledad y yo”.

Y con este gran concierto que tuve la oportunidad de presenciar en Zona Paraíso finaliza mi particular paraíso alejandrino… No me lo puedo creer, ¿cuándo será el siguiente? ¡Más, más, quiero más! Gracias por seguir emocionándome y dando lo mejor de ti en todos los conciertos.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Día 28: Ya estoy montada en el avión… Fin

Ya se ha acabado mi sueño canadiense… y en 11 h. 30 min, mi familia me espera en el aeropuerto. Cuando publique esto, ya habré llegado, porque, ahora mismo, no, se puede coger conexión... Estoy un poco atontada, no me puedo creer que esta noche no vaya a Argyle Road a dormir… se me ha hecho muy extraño dejar la casa, me ha dado bastante pena. He estado un rato contemplando la que ha sido mi habitación en las últimas 2 semanas y haciendo fotos. Me he levantado muy pronto, a las 7:30 h. Riho ya estaba despierta. Efectivamente, su avión salía por la mañana. Así que yo me he despertado, he perreado un poco con el PC, he intentado sacarle conversación (estoy patentando mi nueva versión 2.0 de pinzas sacapalabras, creedme que después de estos 15 días están muy mejoradas y actualizadas…con las últimas novedades, reacciones y soluciones). Le he comentado que ayer, Ayumi y yo estuvimos esperándola en la escuela para ir a cenar las tres juntas y me ha dicho I’m sorry”. Me ha sorprendido que lo entendiera a la primera, la verdad, más habrá sido por mi tono jajaja. Porque yo soy muy expresiva, en todos los idiomas…

Igual que anoche a Ayumi, la he acompañado a la parada del autobús a las 8:30 de la mañana, para mejorar mi última versión de pinzas, como ya he dicho. Desde luego que estos días las he mejorado… no sé qué he mejorado más, si esas pinzas o mi inglés… En fin, tengo que desconectar el aparato eléctrico… ¡Hasta pronto, Vancouver…! Quiero ser optimista…

Ya he llegado a casa y estoy totalmente desorientada, agotada y perdida. Ahora mismo son las 17 h., pero para mí son las 8 de la mañana… y apenas he dormido en el avión, habré dormido un par o tres de horas seguidas como mucho. Justamente me ha dado por ver las películas y los reportajes, una película en inglés de la cual he entendido bastante y un documental sobre la Oktoberfest… me daban ganas de ir. Me ha sorprendido la cantidad de cosas que pierde la gente.

Debo ser la única, pero reconozco que me encanta la comida de los aviones… la ternera con puré de patatas y los vegetales me han sabido a puro manjar, al igual que el desayuno continental, si es que no tengo remedio jeje.

En fin… parece que esta temporada del blog ha llegado a su fin. Por cierto, el recibimiento de mi familia y la gente que más quiero ha sido divino… inolvidable. ¡Y qué bien volver a comer comida española! Algo tan sencillo como una ensalada de tomate me ha sentado de miedo… A partir de ahora, dieta estricta… y a planear el próximo viaje…

sábado, 4 de septiembre de 2010

Día 27: Y llegó la noche final... Cry me a river....

Ahora son aquí las 00:32 h. y a mi alrededor sólo tengo trastos y “stuff” que no sé cómo me lo voy a hacer para que quepan en mis minúsculas maletas. ¿Magia? ¿Dónde está Tamariz que hace tiempo que no sé nada de él? Pero bueno, lo que no quepa o me lo pongo encima (si es ropa) o lo tiro. A ver mañana con qué pintas me presento en el aeropuerto, espero que no en plan cebolla, que el top en cuanto estilismo ayer ya lo superé con los leggins y los pantalones cortos negros… No estaba yo muy despierta cuando me estaba arreglando y, si volvía a cambiarme, perdía el bus.

Ya tengo mi certificado, y, al final, no ha ido tan mal. 100% de asistencia (sólo contaban hasta el día del examen, así que mi pecado de dormirme y no entrar al Ilab no cuenta) y “Very good” en la valoración de las clases, de ambos profes. ¡Ah! Y un excelente en una spin class que tuve un día de speaking, que me tocó explicar mis costumbres en el país, qué maja, me ha puesto un excelente, ese día debí haber comido lengua, porque recuerdo que no paré de hablar, el tema era mi país… O en la pizza de romano uno de los toppings era lengua… Y de calificación, un C1, del nivel. Y un A de evaluación general :D jejejeje. De algo tenía que servir el estar tan al loro. Porque tengo que reconocer que fuera de clases, sólo estudiaba en el bus, pero en clase me ponía las pilas y estaba muy atenta, mucho más que en otros cursos y actividades que he hecho. Sólo acordarme lo que me ha costado venir aquí hacían que pusiera las antenas a tope.

Hoy he sido buena. Muy buena. Me he levantado a las 6:45 h. y he ido con Ayumi y Riho en el bus. Ellas tenían clase, yo las he acompañado hasta Tim Horton’s y me he tomado un café con ellas. Lo cierto es que el café sabe mejor que en McDonalds…pero no incluye la muffin. Por cierto, creo que en el trayecto he hablado con Riho más que estas últimas dos semanas…aunque eso tampoco era difícil.

Por cierto, sí, es Riho y no Rino, no entendí bien su letra el primer día que me dejó la nota y hoy me ha dicho Ayumi que su nombre era Riho. Ya me ha quedado claro que la chica no entiende mucho el inglés… Mis expectativas no se cumplieron, que me entendiera mejor que… ¿quién dije? Pues no sé yo sí… al menos, ella es calmada y habla en un tono bajo y pausado. ¡Y sonríe…siempre sonríe!

A las 8 y 20 de la mañana ya estaba en Georgia Street para coger el 257 Express con destino Horseshoe Bay, que tiene este nombre porque, justamente, tiene forma de herradura en la vista aérea. Había unos planos con unas fotos aéreas y ahí se ve clarísimo. Aunque me dijeron que no valía la pena, yo quería ver las vistas, ya tenía claro que no era una playa, y tampoco tenía tiempo ni recursos para bañarme y después pasar todo el día fuera sin ir a casa. He tomado muchas fotos, he visto un perro labrador que me ha hecho mucha gracia y he cogido el bus de vuelta. He visto muchos perros de esta raza color canela en Canadá. Por algo es una raza originaria de este país… ¡¡hay muchos!! Y cada vez que los veo se me escapa la sonrisa y les hago fotos a lo paparazzi. Este estaba chapoteando en el agua, y yo deseando que no bebiera agua, porque les sienta fatal.

El trayecto del bus ha sido bien largo. Hemos cruzado el Lion Gate Bridge, el opuesto al que cruzo siempre para ir a casa. Ayer para ir al Capilano Suspension Bridge también cruzamos este mismo. He aprovechado para leer los últimos diarios antes de regresar e ir mirando por la ventana el paisaje. Daba tiempo de todo…

A la vuelta, me he parado en Stanley Park, porque quería dar un último vistazo a este gran parque. Y hoy me he dado cuenta de que, pese a haber estado ya 3 veces antes, no había visto nada. Todo en plan rápido. Hoy he cogido un plano y me he puesto a buscar el Lost Lagoon, que es donde me han dicho que estaban las tortugas. Me sorprende porque mi pronunciación “neutroespañola” no se entiende, y, cuando pongo acento me entienden a la primera, yo que quiero hablarlo con mi marcadísimo acento español y, sin pronunciar tan cerrado se me entiende mejor. Primero he dicho: “turtels” y no me han entendido. Después he dicho: “tertels” y la mujer se ha enterado a la primera de que buscaba el lago donde había tortugas. Es un lago muy grande, con muchos patos, cisnes… y sí, alguna tortuga. Sólo 3 señoritas se han dignado a recibirme, después de estar una hora y media paseando lago arriba y abajo, ya que es muy grande, va hasta el principio de la playa de English Bay. Tiene tela que sólo tres señoritas de la especie se hayan dignado a sacar sus cuerpecitos verdes serranos al sol para que yo las viera y las pudiera fotografiar… ¡¡seguro que no eran canadienses!! (eso he dicho las pocas veces que me he encontrado en este país a alguien no amable). Había una enorme, y otra más pequeña. Las he tenido que mirar bien de lejos, ya que estaban bastante apartadas. He hecho un intento de acercarme, pero el terreno embarrado era poco estable y no quería acabar sumergida… Así que he tenido que inmortalizarlas desde la distancia, acordándome una vez más del poco caso que hice cuando compré la nueva cámara y no compré una con mayor zoom.

Este blog ha sido la prueba definitiva que soy kinestésica. Descriptiva de paisajes 0, eso sí, de percepciones, 100%.

En fin, seguimos: ya estoy un poco más tristona por lo poquito que me queda en la casa. Con lo a gusto que estoy ahora en mi cama, con el portátil, los cascos escuchando la Playlist de Roxette y mi botella de cristal de Nestea rellenada con agua. Ahora sólo me faltaría una pizza tamaño familiar de Telepizza y renuncio a volver. Es broma, hoy he cenado bien, pero a unas galletas de blueberry ahora mismo no les decía que no, ciertamente…

He seguido viendo el parque, y a las 11:40 h. tenía la Lecture series Topics. Para que nos entendamos, la Igor Class. De esa de la que he hablado cada semana que he asistido. No cuenta la asistencia. Yo estos días no me he llevado el portátil a la escuela para no llevar peso, porque puedo hacer consultas rápidas en el Ilab, bueno, no se puede pero todo el mundo está mirando su correo, es como un cibercafé acordado. Y paso de cargar cada día con un kilo y medio. Pero para la Igor’s class, el netbook va muy bien, realmente bien, y no lo llevaba. Y sí, lo reconozco, he pecado… aunque, con el día tan bonito y soleado que ha hecho hoy, el pecado hubiera sido ir a la Igor Class. Además, hoy el tema era “Seasons and the weather”, y digamos que disfrutando de este estupendo día yo ya he hecho la parte práctica. A las 13 h. ya estaba llegando a la escuela, y me he detenido a pecar de nuevo: mi última parada en McDonalds con las muffins. Hoy otra vez double chocolate. Ya me queda nada para volver a España y volver a alimentarme un poco más en condiciones, y estos días ya he comido algo de fruta… ¡Qué bien me sabe el “café” con la muffin, para mí eso es todo un manjar! Me he sentado en el piso de arriba en la mesa común mirando a la calle, y pensaba que era la última vez que estaba allí. Me ha dado penita despedirme de la gente: de Tom, el recepcionista y atención al estudiante, cuando me ha dado el diploma, es escocés, es que todo el mundo es tan amable… Gurpreet, de actividades y animación, y su niña pequeña, que me mira siempre que me ve, jeje.

Mi clase ha sido un día más. Al final, no nos han traído la peli para ver. Hemos corregido los deberes y, para finalizar, el profe nos ha puesto la canción de Old Crow Medicine Show, Wagon Wheel. Es un grupo que hace música country pero moderna, y me ha gustado la cancioncita, ya estaba yo moviendo los pies debajo de la mesa mientras el profe la ponía un par de veces para hacer el listening de las palabras. Finalmente, nos hemos despedido y hemos hecho algunas fotos. En medio, algunos ejercicios que podíamos hacer en grupo o individual. Hoy, dada mi alternativa, he elegido individual. Bueno, las dos personas hemos elegido individual, no es que no nos traguemos, simplemente, que pasamos mucho la una de la otra, yo no me he molestado en ser amable porque mis primeros intentos fueron nulos y ridículos y ella va a su rollo. No es animadversión, es pura indiferencia. En estado puro.

Después de finalizar las clases, me he despedido de más gente que me he ido encontrando, y me he encontrado con Fer en el hall. Ayumi, como ya me había dicho, iba a llegar más tarde, pero en teoría, iba a venir Riho y no la hemos visto, y tampoco ha llamado a Ayumi. Hemos llegado a la conclusión de que no nos había entendido, porque Ayumi me ha comentado que se lo dijo en inglés. Cuando hemos llegado a casa, ¿a que no sabéis lo que estaba haciendo? Pues lo mismo que el 90% de los días cuando yo llego… Se supone que hay que dormir 8 horas por persona. Las que a mí me faltan las está durmiendo ella. Hoy es su último día y creo que tiene el vuelo a las 12 del mediodía, me dijo en el morning, aunque igual no me entendió. Mañana se despejará la incógnita… a ver quién se va antes de las dos…

Pues finalmente nos hemos ido Ayumi y yo a cenar. Yo había propuesto conocer la zona de Little Italy, Commercial Drive, y ahí nos hemos ido. Hemos cogido el Skytrain hasta Broadway Commercial Drive y hemos paseado por los restaurantes de todas las nacionalidades. Finalmente, no hemos encontrado ningún sitio que nos convenciera, yendo arriba y abajo, y Ayumi me ha propuesto volver a Downtown y cenar en Warehouse… ¿Cómo no conocí este sitio antes? Cada plato a 4,95 dólares (más tax, por supuesto), ¡¡pero qué ricos!! Yo me he pedido una work hamburguer, ella un Chicken sándwich, con patatas ambos y hemos compartido unas tortitas de nachos. ¡¡Qué rico!! Creo que es el día que mejor he cenado, junto con el día que fuimos a Olimpia. Bueno, es que pocos días he cenado en condiciones… Me he puesto como un tonel y ni siquiera he comido a gusto, he comido porquerías y con gula. Pero bueno, tampoco es que eso me quite el sueño. Warehouse está en Granvillle Street, y es del mismo dueño que Olimpia Bar, que está a unos pasos. Los camareros y camareras iban disfrazados, y el bar está genial, muy ambientado. Estábamos super a gusto. Me sorprende porque en los restaurantes, el agua es gratis. Y otra cosa que me ha sorprendido: es el único país en el que he ido además de España que no me he encontrado un solo WC en el que haya que pagar. ¡Ni uno! Sorprendente, ¿eh? La cena ha sido muy divertida, Ayumi tiene mucha conversación y nos lo pasamos genial hablando de mil cosas. Una de las cosas que me fastidió de cambiarme a clases de tarde por obligación fue perder nuestros trayectos en el bus. Por cierto, ¡hoy me he enterado que estudió español un par de años!

Hemos vuelto en el Seabus y con el 228, era mi última noche y es mucho más bonito volver con el Seabus. Hemos llegado a casa, ha cogido su maleta y la he acompañado a la parada del bus, ya que se iba al aeropuerto. Y este ha sido mi día… y estoy tremendamente cansada. Quiero levantarme pronto para hacer la maleta y poder dar un último paseo, y poder dormir en el avión, aunque eso, duerma lo que duerma, no creo que me suponga un gran “esfuerzo” jejeje. En fin, un placer haber compartido mis pensamientos con quienes hayan tenido la gentileza, tiempo y atención de leerme hasta el final… y yo me pregunto: ¿ha quedado algún superviviente?

viernes, 3 de septiembre de 2010

Día 26…: ¡Qué poquito queda! I haven’t met you yet.

Así se titula la canción de Michael Bublé. Que también es canadiense, y justamente de esta bonita ciudad… yo sabía que era canadiense, pero no justamente de aquí, lo acabo de descubrir ahora. Desde luego que hay muchos cantantes y artistas canadienses y, como muchas veces, escuchamos Norteamérica y pensamos sólamente en U.S.A., mucha gente no lo sabe. Artistas como Pamela Anderson (sí, es una artista…) son de British Columbia, donde está Vancouver, y Jason Priestley…jeje. Al final me voy a ir sin darle la vara… yo que quería practicar inglés y que me explicara cómo pensaba ayudar a los osos… De vez en cuando me falta morro… y eso que la gente aquí es super amable y seguro que, de haber habido alguien, me hubieran atendido la mar de solícitos.

En fin. Hoy me he quedado frita. Eso me pasa por querer levantarme 2 horas antes para “aprovechar el día”. Será para acompañar a las gallinas… La cuestión es que hoy tenía Ilab a las 10 de la mañana, y tenía que coger, como tarde, el bus de las 8:50 h. A las 6:45 h. ha sonado el despertador, 10 minutos más, 10 minutos más… y cuando ya eran las 8:15 h. he pensado: “ahora ya sí o sí, que si no llego tarde incluso a clase”. Pero me he sumergido en un profundo sueño… hasta que me ha dado por abrir un ojo y he visto que eran las 8:45 h. He decidido no estresarme, total, no podía volar. Y Ilab, creo que ya lo he explicado, es conectarme a mi página de la escuela y hacer los ejercicios online. Y eso ya lo puedo hacer desde cualquier sitio. Lo malo es que pasan lista, pero yo tenía el 100% de attendance hasta hoy, y sólo te piden mínimo 80% para poder hacer el examen, y yo ya lo hice ayer (sí, el traumático examen, mañana me entrará el cabreo cuando recoja el “diploma”).

Me lo he tomado con prisa pero sin pausa, y he cogido el bus de las 9:25 h. Por las mañanas me comería un tanque, me levanto con un hambre atroz. Así que tostada con mantequilla y mermelada, pim pam pim pam, y relevo en la tostadora. Eso de no cenar acompañada y en condiciones me tiene un poco de los nervios ya… menos mal que mañana he quedado con mi compañera de casa, Ayumi, y mi compañera de habitación, Rino, para ir a cenar las tres. Y ya les he dicho dónde quiero ir… Little Italy!! ¡¡Al fin voy a ver ese lugar, repleto de bares y restaurantes latinos, italianos…!! Commercial Drive!! Lo vi cuando fui a llevar a Belén al aeropuerto y pasamos por ahí con el taxi, y ya tengo ganas de salir a cenar o a tomar algo a otra zona que no sea Granville… como decían el otro día en un artículo que nos dejó mi profesor, Granville está bien si tienes 22 años y llevas una camiseta con una frase divertida. Ahora que pienso, yo tengo aquí la de “Busco a cualquiera menos a ti”, era ideal para el primer día de clase, y creo que no la he explotado lo suficiente… ¡¡Ni siquiera en Granville!!

He llegado 10:10 h. a la escuela, he visto que estaba la puerta de Ilab cerrada y ya no he entrado, me ha dado vergüenza. Sí, de vez en cuando también tengo eso. En teoría, es libre y puedes entrar cuando quieras, pero me ha parecido tan solemne… Así que me he ido a hacer las últimas compras que me quedaban. Y he sido buena y no he comprado más galletas… mi stock se ha agotado hoy comiéndome a las 5 de la tarde mi último paquete de galletas de fresa. ¡Mecachis! Aunque hoy he sido buena y no ha caído ningún café con muffin. Así estaba yo a las 19 h. muerta de sueño… eso de “castigarme sin mi capricho” no ha sido una buena idea. Las clases han transcurrido con normalidad: la spin class de noticias, donde hoy ha venido un chico que nunca viene, después la pausa de comida, que he aprovechado para hacer Ilab (yo a mi ritmo…) y después las 2 clases de “General Class” otra vez con Dave. En estas clases hay una chica austríaca que ella se lo toma con calma. Me pregunto cómo acabará hasta diciembre que se va. Pero bueno, cada uno sabe lo que tiene que hacer… Supongo que sólo va a clase para tener el porcentaje de asistencia, porque hoy ha estado dibujando y pintando en clase. Yo hay cosas que no las entiendo… ¿Será porque me he pagado YO la escuela? Pero vaya, si me la pagaran, supongo que por respeto aún me lo tomaría más en serio… Suerte de mi compañera en el lado derecho, que es un encanto, y hemos hecho juntas los ejercicios, porque si tengo que esperar colaboración y cooperación de la izquierda… Cualquiera diría que estoy hablando de política.

Después de clase, he firmado la bandera de Fer y hemos ido juntas las dos a Capilano Suspension Bridge, el gran puente colgante. Será porque estaba dormida o jetlaggiense pero a mí me impresionó mucho más el Lynn Valley Bridge del primer día. El punto bueno de este es que hay puentecitos, además de este grande, pero me lo esperaba mucho más impresionante, sinceramente. Cuando lo cruzas, te quedas un poco mareada, pero debo ser yo que ya estoy vieja para estas cosas… La cuestión es que hemos estado menos de 2 horas paseando y haciendo fotos. Había que aprovechar el precio de la entrada… hacían una actuación de música de principios del siglo pasado, pero no hemos parado para escucharla. Era divertido, como en las películas americanas. Pero eso ha sido todo. Al menos, me he quitado las ganas de ir a Capilano. Cuando se me mete una cosa en la cabeza, hasta que no la hago… y mañana estaba pensando en ir a Horseshoe Bay, porque una chica de la escuela me había dicho que iba a ir esta tarde, aunque ahora me comentaba que tampoco era nada especial… así que ya veré lo que finalmente hago. Lo que está claro es que en 7,5 horas suena mi despertador. Hoy me he comportado y a las 20:40 h. estaba en casa, ¡¡incluso he visto a mi compañera de habitación despierta!! Hoy, el recorrido para llegar a casa ha sido diferente, y me he pasado todo el trayecto mirando por la ventana. He cogido el 228 desde Londsdale Quay, donde deja el Seabus en North Vancouver. No dejo de maravillarme con las casas que hay, son ese tipo de casa que yo sólo veía en las películas. Casas de madera, de colores, de muchas formas… no he visto pisos feos, y los edificios altos de pisos son muy bonitos, yo pensaba que eran oficinas. Justo me acordé de Bellvitge… Dios, ¡qué duro se me va a hacer ir el lunes a trabajar, coger la RENFE y ver Bellvitge otra vez y acordarme de los rascacielos vancouveritas…!

Lo cierto es que ya estoy pensando en la vuelta y estoy muy triste por eso, por dejar este mundo de vista, un mundo que se ha convertido en mi segundo hogar… no me cansaré de decirlo. Bueno, voy a dormir un poquito, que mañana quiero “aprovechar” y no volver a maravillarme en el sueño… Si es que algún día me tenía que pasar, con todo el cansancio que llevo… Good night Vancouver!... Por cierto, mi vuelo ya está confirmado… ¿Me quedo tranquila o me cabreo un poco más?

jueves, 2 de septiembre de 2010

Día 25: Empieza la cuenta atrás… “Dear new student…”

Sí, en 2 días y medio abandono este paraíso… Si me fui llorando como una magdalena de España, no sé cómo me voy a ir de aquí cuando despegue el avión. Este país me ha robado el corazón. Sólo de pensarlo me emociono. Espero tener la oportunidad de volver algún día. Porque es único. Su naturaleza, su paisaje, su gente, sus costumbres, su civismo, su amabilidad, su solidaridad… lo que he conocido es incomparable. Y esta ciudad lo tiene todo: playa, montañas, ciudad, recursos…

“Dear new student…”: así empieza la nota que he dejado para la próxima persona que venga. Yo y mi afán de compartir información. Estoy dejando todos los folletos que he ido recopilando y que pueden ser útiles a la nueva persona que venga. Ya a mi compi de habitación le di unos pocos, y estoy guardando todo lo que pienso que le puede ayudar, y he puesto una nota con mi nombre y explicándolo. ¿Quién sabe? Igual hasta sirve de algo. Prefiero pensar que sí, y que no acaba en el cubo de la basura sin haber sido inspeccionado por nadie.

Hoy he conocido un nuevo lugar que me ha enamorado: Spanish Banks. La playa. Tiene gracia que uno de los lugares que más me haya gustado se llame Spanish Banks… tenía intención de venir desde que hace casi 3 semanas la chica que fue la monitora en el avistamiento de ballenas me lo dijera. Que English Bay estaba muy bien, pero que tenía que ir a Spanish Banks. Y, menos mal que, por una vez he hecho caso jejeje.

Mi día ha comenzado muerta de hambre. No me gusta nada ir a cenar sola, y estoy tan harta de comer porquerías durante todo el día que, para comerme algo en la calle sola o en un restaurante, opto por no comer nada desde las 7 de la tarde, aprox. Cada día digo que este día me voy a pegar una gran comilona yo sola para celebrar mis últimos días aquí, pero siempre acabo desistiendo. O porque cuando llego a Downtown no encuentro nada que me motive o porque estoy cansadísima. Pero viernes hago mi cena de despedida, sola o acompañada, sí o sí.

Así que he subido a la cocina y me he preparado mis tostadas con mantequilla y mermelada de fresa… ¡¡las voy a echar de menos!! Eso sí, un mes casi desayunando cada día lo mismo y mi té con leche… pues ya me gustaría un poco de variedad… Bueno, variedad ya la tengo, porque, después, cuando llego a la escuela, McDonalds me queda de paso y siempre “adopto” una estupenda muffin con café con leche. Hoy han caído 2 de double chocolate. Dicen que el chocolate quita las penas y es un gran sustituto, y yo necesitaba animarme un poco hoy, porque cada vez mi partida está más cerca. ¡¡Ups, qué dramático ha quedado eso!! Además, hoy tenía el examen final y necesitaba energías.

Antes de las 8 h. ya estaba despierta, pero tenía el examen a las 12:45 h. y no quería estar “distraída” durante la mañana, quería estar despierta y concentrada. Así que he estado estudiando, pero he cogido el bus porque es un poco deprimente estar encerrada en la casa, y he pensado que seguiría estudiando cuando llegara a la escuela y en McDonalds con mi segundo desayuno… Así lo he hecho, me he sentado en McDonalds, y, como siempre, observando a la gente, a veces parezco una extraterrestre, pues me sorprenden las cosas como si acabara de nacer o viniera de más lejos de Marte. Me encanta observar la gente cómo hablan entre ellos, y tratar de escuchar las conversaciones, no porque quiera chafardear, sino porque así practico el listening y cada día les entiendo un poco más. Sí, justamente lo que siempre ha sido mi pega más grande y mi punto flaco, creo que es lo que mejor me ha salido en el examen de hoy.

¿Si tuviera que definir el examen con una palabra cuál sería…? A ver a ver… SHIT! Perfecta. Esa palabra le va que ni bordada. Creo que no hace falta que la traduzca… ya nos ha advertido la examinadora, toda severa ella, que mucha gente no tenía tiempo de acabarlo. No, si ya… lo único que he podido hacer tranquila era el listening. Lo he encontrado muy muy fácil. A continuación, ya tenía un reading justamente sobre un profesional que tenía una empresa de whale watching (ver ballenas) y ahí me ha salido la vena perfeccionista. Nos ha dicho que teníamos 40 minutos, y yo me he debido de maravillar. Cuando ha dicho que quedaban 5 minutos, he alucinado, y tenía aún 24 preguntas por responder. Así que el segundo reading, que era 3 veces más largo que el primero, no me lo he mirado y he pasado a la parte de gramática, que nunca he tenido excesivos problemas. También había un texto sobre Picasso, y yo, como siempre, lo quiero hacer todo tan bien que me duermo en los laureles. Mi vena práctica ha salido a los 5 minutos. En fin, que me he puesto a contestar todas las preguntas rápidamente excepto las 6 del gran reading, que me las he inventado. Llevo 1 mes sin rellenar la Primitiva, y ya tenía nostalgia… fuera bromas, me ha dado mucha rabia. Porque tendría que haber pasado más y haber ido más deprisa, porque, seguramente, hubiera podido hacer un examen en condiciones. Dudo mucho que obtenga el C1, que es el máximo nivel. Estoy en el grupo del nivel más alto y creo que no voy a estar “a la altura”. Qué rabia porque yo creo que tengo un mejor nivel ahora que cuando llegué, que sí que ya conseguí entrar en ese nivel… El primer día hice el examen de nivel con todo el jet lag y sin apenas haber dormido y me salió mucho mejor que hoy, que había estudiado, tomado el café, relajado, pensado… Si es que no se pueden hacer bien las cosas…jejeje.

En fin, he salido del examen cabreadísima. En el examen he coincidido con Koki, el chico japonés con el que salimos de fiesta Maggie y yo, y me ha comentado que es también su última semana y si iba esta noche a Party a Tonics. Lo cierto es que no tenía intención de ir. Quiero aprovechar para hacer turismo, y, además, no tenía ninguna propuesta para salir. Desde que se ha ido Maggie me he quedado bastante huérfana en ese aspecto, el resto piensan que ya tengo con quien salir y nadie me ha propuesto nada, aunque, sinceramente, no tenía ganas. Quería hacer mi plan alternativo. Y así ha sido…

Después del examen, he subido a clase y el consuelo ha sido saber que las respuestas negativas no cuentan en el examen. Aunque no lo necesite profesionalmente, reconozco que me ha dado rabia no poder hacerlo mejor. Menudo churro, hacía tiempo que no salía tan desmoralizada de ningún examen. Bueno, sí, claro, las dos veces que suspendí la práctica del carnet de conducir, sobretodo la segunda, después de estar media hora de examen, ¿a que no sabéis dónde la pifié? Claro claro… quienes me conocen saben que aparcar no es lo mío. Ahora ya lo tengo dominado, aunque no quiero pensar ahora cuando vuelva después de más de 1 mes sin tocar el coche… creo que voy a necesitar clases prácticas. En fin, que de mi segundo cateo en la práctica todavía tengo grabada en la mente los más de 2 minutos viendo el puñetero Renault 5 color azul marino (todavía recuerdo la matrícula, aunque pobrecito, él no tiene la culpa de que yo fuera tan torpe…) mientras intentaba aparcar. Mi error fue sacar de nuevo el coche porque pensaba que lo había dejado muy separado, ¡¡otra vez la manía perfeccionista!! Ya no fui capaz de volverlo a aparcar bien. Y después, encima, mi profe me dijo que ya lo podría haber dejado como lo había aparcado la primera vez. Shit… Otra vez esa palabra. Ahora ya solamente lo recuerdo por el pastón que tuve que pagar por renovar papeles y por volver a hacer prácticas. Algún día diré cuántas prácticas hice… no he conocido a nadie que me supere.

En clase he hecho los ejercicios con Ali, la chica peruana, que es súper maja. La segunda parte de la clase ha sido Ilab, y no estaba yo para mucho ejercicio…así que me lo he tomado con calma. Tenía Facebook abierto y me estaba desahogando explicando mi penoso examen cuando tenía la oportunidad, porque tenía a mi profe justo al lado, y no quedaba políticamente correcto ni respetuoso ponerme en sus narices a delinquir. Así que cuando se levantaba de su sitio, me faltaba tiempo para cambiar de pantalla. En la escuela, usar Facebook en las clases de Ilab es poco menos que delito federal. Casi tanto como entrar en la frontera de U.S.A. con una manzana sin la etiqueta de su origen… Siempre procuro portarme bien, pero es que me sentía muy mal por el puñetero examen. Sí, puñetero. Mucho más que el pobre Renault 5.

Después de la clase, hoy teníamos sorpresa: ¡¡¡¡Ice Cream Social!!!! Como hace dos semanas. A las 16:35 h., cuando hemos acabado las clases, en el departamento de actividades, Gurpreet y su ayudante repartían helados gratis. Ella, que ya me conoce, me ha preguntado qué tal me iba y yo le he dicho que estaba triste porque era mi última semana y me lo había pasado divino. Sí, sí, ya me conoce. Así que ya no me ha preguntado si quería el helado grande… jajaja. Como ya he dicho, la semana que viene empieza mi régimen, pero sin estrés…

A continuación, Fer me ha dicho si me iba con ella y un amigo suyo colombiano a Robson a mirar tiendas y souvenirs. Yo tenía la intención de ir caminando hasta Stanley Park, pero he pensado que así estábamos un rato juntas, y hemos entrado en tiendas. Yo debo ser de las pocas mujeres que se agobia en tiendas. Si no necesito nada, cotilleo en un minuto, no me gusta estar mirando todo el rato lo mismo. Y no tenía intención de comprar nada en las tiendas de souvenirs de Robson, que, por cierto, son carísimas. ¿¿Para qué comprar en Robson pudiendo comprar en Chinatown?? La calidad es la misma…

En un par de horas, ya me he quedado sola. Y, como hoy no iba a party, he pensado que ya era tarde para ir a Stanley Park, pero todavía podía ir a Spanish Banks, ¡¡al fin!!, a ver la puesta de sol. Las dos únicas playas que he visto han sido por la tarde con la puesta de sol, a Spanish Banks quería ir ayer por la mañana y resulta que fue el día que más ha llovido en Vancouver en lo que va de año… menos mal que para mañana se predice buen tiempo.

El llegar hasta allí ha sido una miniodisea. Nada que no se pueda superar, pero me ha costado lo mío. Entre otras cosas, porque ya ha acabado el bono mensual y aún no tengo mucha práctica en eso de los billetes individuales. ¡¡Con lo sencillo que es en España!! Aquí no puedes comprar un bono de 10 en una máquina del tren, pagar con tarjeta y llevártelo al bus y usarlo. No, no. Los bonos de 24 horas, si se compran en las máquinas del Skytrain, te salen ya validados y los has de usar ese día, así que toca ir a una tienda de Seven Eleven a comprarlos. ¡¡Igual que los bonos mensuales!! A mí me tocó soltar 110 dólares en efectivo el primer día que llegué aquí. Porque el transporte público es muy caro. Por ir de mi casa a la escuela en hora punta, 3,75 dólares. Si vuelvo más tarde de las 18:30 y el fin de semana, pago solamente 2,50 dólares. Al menos, el consuelo es que en esto las taxes están incluidas. La gran mayoría de veces, cuando vas a pagar el precio se incrementa en un 12% de taxes. Ya digo que ahora cuando llegue a España me voy a poner a sumarle taxes a todo… Otra cosa que sorprende del bono de transporte público es que no puedes comprar una tarjeta que sea un bono de 10. No, no, venden unos cupones y tú cada día has de quitar uno y validarlo. Es decir, es un librito con 10 tickets y cada día has de validar uno. ¿Dónde está la ecología y la practicidad de eso? Y, además, no los puedes comprar en las máquinas de Skytrain, sino en los Seven Eleven y los quioscos. Este es uno de los pocos aspectos logísticos que echo de menos de mi país… Aunque, bueno, he de decir que no ha habido un solo retraso en el bus en todo este mes, ni un solo problema, puntuales como un tren. Bueno, como un tren pero no español. Miedo me da reencontrarme con mi “querida” RENFE el lunes… brrrr…

He llegado a Spanish Banks y tampoco he tenido que caminar tanto como me habían advertido. Y era un paraíso. Efectivamente, no me lo podía perder. La vista era…espectacular. A la izquierda, las montañas. A la derecha, la ciudad iluminada. Y el sol que acababa de caer de un cielo de colores… me he quedado boquiabierta cuando he visto el lugar. No sabía si ese paraíso era la playa, he preguntado a unos chicos y me han dicho que sí, y que de dónde era. Uno de ellos estaba aprendiendo español y hemos estado hablando. A continuación, me he ido al muelle y, desde ahí, las vistas eran más espectaculares si cabe. Y, mientras, iba anocheciendo… he bajado unas escaleras y ahí había 3 chicos y 2 chicas. Uno de los chicos era de Quebec pero vivía en París, los otros dos chicos eran franceses y las chicas creo que una era colombiana y la otra francesa. Hemos estado hablando bastante rato, primero en inglés, después han intentado pasar al francés y yo he dicho ¡¡no no no!! Porque sólo lo estudié un año en el instituto y no da para mucho, además de que no me solté a hablarlo, sólo a entenderlo un poco. Uno de los chicos sabía un poco de español. Se han sorprendido de que llevara casi 4 semanas estudiando inglés aquí.

He hecho muchas fotos (¡cómo no!) y ya me he tenido que ir porque anochecía y el camino para venir era bastante solitario. Y ya cometí una imprudencia el sábado por la noche en Seattle yendo sola con una chica de 16 años las dos la mar de perdidas. Así que, por este viaje, ya he cubierto el cupo y he decidido ser responsable. Como lo voy a ser ahora… son las 00:16 h. y me voy a dormir. Hoy no hay más atención profesional online… Good night Vancouver…!! España, no me toques mucho la moral la semana que viene…

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Día 24: Come, reza, ama.

No os perdáis esta fantástica película. De mi estilo, de esas que te hacen llorar, con las que te identificas, en las que no hay una sola muestra de violencia, mucha sonrisa y emoción. Esas son las mías. Y por algo Julia es mi preferida… En España acabo de ver que se estrena el 24 de Septiembre.

Bien podría ser un resumen de mi experiencia canadiense, aunque yo me he quedado en el “Come”. Reconozco que hoy me he comportado y solamente he sucumbido una vez al placer de las muffins… Hoy tocaba chocolate. ¡Cómo las voy a echar de menos! Cada día una camino de la escuela, para estar bien despierta en clase pese a haber dormido 5 horas. Porque da igual que tenga horario de mañana o de tarde, por las mañanas a las 7:30 máximo ya estoy despierta. Hoy mi compañera de habitación se ha dejado su luz encendida, pero ya estaba dispuesta a levantarme. Tenía toda la intención de conocer ¡¡al fin!! la playa de Spanish Banks, pero estaba lloviendo mucho. Hoy ha sido el primer día que he salido a la calle con mi plumón, mis calcetines y mi zapato cerrado con el que llegué a aquí. Y mañana creo que hará el mismo frío… ¡sólo espero que no llueva! Porque quiero visitar esa playa, volver a Stanley Park y el jueves quiero ¡al fin! ir al megapuente colgante de Capilano. ¿Lo lograré?

He estado despierta desde esa hora, mirando cosas en el portátil y hablando, y a las 9:50 h. ya he cogido el bus para ir, al menos, a dar una vuelta en un lugar cubierto. Pacific Center, no me quedaba otra. Cerca de la escuela y con un montón de tiendas que cotillear. Caras. Todas caras. No he comprado nada. Entre otras cosas, porque no sé cómo voy a cerrar la maleta… y ya he gastado suficiente. He subido a Sears, que es una especie de Corte Inglés. Claro que un día laborable a las 10 de la mañana no estaba precisamente muy repleto. Aquí abren antes las tiendas y los centros comerciales y también cierran antes. Hay días que, como tarde, cierran a las 21 h., pero otros días a las 18 h. y 19 h. SIENDO UN CENTRO COMERCIAL. Aquí la gente tiene vida después de trabajar… y los horarios de oficina son mucho mejores. Si es que sólo vuelvo por la gente que echo de menos, porque, por lo demás, estoy la mar de a gusto. En esta misma casa, me traen a mi familia y a la gente que quiero y estoy más feliz que una perdiz. O que un oso amoroso de estos que son vecinos míos.

Primero he tenido clase de current events, es decir, noticias. Me ha tocado trabajar con el profe, porque éramos impares, en este caso, ha sido la soledad del elemento impar, que era yo. Aunque reconozco que me ha gustado hacer la actividad con el profe, porque me preguntaba mucho y, como tiene acento canadiense, así practico. ¡¡Que sí, que sí, que ya noto avances en el listening y estoy muy contenta con ello!! Hemos estado hablando de noticias actuales y yo, como siempre, dando mi comprometida opinión, con la que uno puede estar de acuerdo o no. Hemos tenido una charla interesante sobre la política en nuestros respectivos países. Mucho mejor tenerlo a él de compañía que la compañía que me toca a veces en el lado izquierdo de mi clase de la tarde, que hoy se estaba durmiendo y me ha hecho un resumen de 3 frases de las cuales no he entendido nada… (Menos mal que en la segunda parte de la clase he tenido más suerte con mi compañera de actividades).

Después de clase, he hablado con Lydia, una chica suiza de la parte de Francia que también fue al viaje de Victoria, y hemos ido juntas a comer sushi. Yo tenía mi bocadillo, pero el día es largo y mi gula es mucha, y además, con ese bocata mini yo no tengo energía para todo el día. Así que nos hemos pedido sushi de dos clases. Nunca me había entusiasmado el sushi hasta que llegué aquí. Es lo más sano que puedes comer: y encima está riquísimo. Y es muy muy barato. He comido 12 piezas por 3,92 dólares. Increíble. Y tan tan tan sabrosas… Porque mañana al mediodía estaré en el examen, que si no… Lydia me ha estado explicando que en su país son muy competitivos y por eso tiene una tasa tan alta de suicidio. Se paga mucho mejor, pero tienen más estrés.

Mi segunda parte de la clase ha empezado floja y ha acabado perfecta. Mi primera compañera de actividades, como ya he dicho, estaba deseando coger la cama, y no estaba para compartir artículos ni para hacer actividades. Rápido y veloz, me ha comentado su artículo, y yo, como tampoco he visto mucho interés en lo que le estaba explicando, tampoco me he podido explayar. Así que he optado por pedirle que me dejara leer su artículo cuando ha decidido seguir durmiendo. Eso en medio de la actividad. Afortunadamente, después he hecho las actividades con una chica de Perú que vive en Mexico y que hoy era su primer día. Parece muy simpática, y habla un inglés perfecto. Le han dicho que no había un nivel superior, así que hoy me he enterado de que estoy en el nivel más alto que tiene ahora mismo la escuela. Teóricamente, hay uno pero estaría esta chica sola. Habla un inglés que parece nativa. Hemos estado hablando mucho y el jueves, si el clima nos lo permite, iremos juntas a Capilano. Tiene 20 años y se vino a Canadá por motivos de seguridad. Hoy he conocido una chica de Venezuela que me ha comentado lo mismo. En el caso de la chica que vive en Mexico, hubo 17 muertos inmigrantes en su zona, y sus padres decidieron sacarla del país. Fuerte.

Después de clase, tenía intención de pasear lloviendo por la ciudad, pero me he encontrado a Fer y me ha propuesto ir al cine. Finalmente, hemos acabado en Metrotown, el megacentro comercial de Burnaby, a unos 10-15 minutos de Skytrain del centro. Yo no tenía ningún problema en ir, con lo que me gusta estar arriba y abajo… y me apetecía volver a ese megacentro comercial. ¿Qué hacer si no en día de lluvia? Pero claro, es Ley de Murphy, en cuanto le he dicho que sí, hemos caminado 4 pasos por la calle y ha dejado de llover… seguro que le llego a decir que me iba a visitar la ciudad y diluvia, jajaja. Finalmente, me he salido con la mía, y ella y yo hemos ido a ver otra película. No había consenso, porque muchos habían visto una de las películas. Yo sé que desde que vi los carteles de la peli de “Eat Pray Love” (Come Reza Ama) tenía claro que la iba a ver. O en Canadá o en España. Pero me hacía gracia ver a mi actriz preferida en versión original… ¡¡Y lo he logrado!! La película es de una mujer que no está a gusto con muchas cosas en su vida, entre ellas, su matrimonio, lo deja todo y se va 4 meses a Italia, después a La India y a Bali. En cada lugar, hace nuevos amigos, y, finalmente, se encuentra a sí misma. ¿De qué me suena eso? Hay quien dice que huir no es la solución, pero, a veces, tomar distancia y mirar la situación desde lejos… ayuda y mucho. Y consigues paz y tranquilidad, y cada día es un desafío. Hay días que te sientes sola interiormente, que te encantaría poder dar un abrazo (resulta que ayer me enteré que en Granville Street hay “Free Hugs”, y yo sin enterarme… alguna vez lo hubiera usado eso de que me dieran un abrazo gratis por la curiosidad…). Y días en los que lloras por cualquier tontería. Y un día te das cuenta de que estás cumpliendo tu objetivo, de que piensas en otras cosas y escuchas la radio y te enteras de lo que dices, y ese día piensas: “Mira, ha merecido la pena venir, aunque sólo sea por esto”. Era uno de mis objetivos. Y creo que lo he logrado. Es mejorable, pero me siento muy bien.

He entendido casi todo el filme, es muy fácil (no como Sherlock Holmes, que ni habiéndolo visto en castellano entendí mucho). Además, hay algo que me ha encantado, y es que aparecen dos canciones que me gustan muchísimo. La primera, “Heart of Gold” y la segunda, “Harvest Moon”, que justo horas antes había colgado la versión que hizo Pearl Jam de este gran temazo del canadiense Neil Young. Esta suena casi entera, porque es la que la protagonista, interpretada por Julia Roberts iba a bailar en su boda. ¡Y la bailan! Creo que bailar esta canción debe ser una de las cosas más románticas que dos personas pueden hacer. Siempre lo he pensado. Esa canción tiene una valor muy importante para mí, por la manera en que conocí esa canción y por la música y la letra, que me parece tan tierna y preciosa. Y en el fondo es triste, pero guarda un mensaje de esperanza. Y el mensaje de la película es profundo, y cierto como la vida misma. Pero después llega el otro extremo: no vas a dejar de ser tú misma una vez te has encontrado para amar de nuevo. Eso también me suena…

A la vuelta he cogido el bus buscando algún sitio bonito en el que bajarme y cenar algo, pero no lo he encontrado. En su lugar, he cogido el nº. 4 de vuelta a casa y, como siempre, me he quedado frita… Good night Vancouver!! Good morning and GOOD GOOD LUCK Spain!!

martes, 31 de agosto de 2010

Día 23: Compartirlo sería mejor.

Finalmente, hoy estaba tan agotada que no he podido salir a primera hora de casa. Mi intención de madrugar a las 7 h. se ha visto reducida, en primer lugar porque estaba tremendamente cansada, y, en segundo lugar, porque estaba pendiente de un trabajo que se está haciendo en Barcelona y no podía parar de pensar en el tema, como si pensando y preocupándome fuera a solucionar algo. He estado todo el mes sufriendo por el evento del día 30, y el día 30 ha llegado. Al menos, la diferencia horaria ha hecho que solamente pueda preocuparme a primera hora de la mañana. Hay un refrán que dice: “A quien madruga, Dios le ayuda”. Y el que yo me haya levantado a las 8:45 h. después de estar posponiendo la alarma durante casi 2 horas ha hecho que no pueda hablar con alguien a quien quiero, que no pueda desayunar sola en la casada, sino con otra persona pendiente en la habitación de al lado, y que empiece el día con más sueño que de costumbre. 2 paradas en 2 McDonalds en total…para tomarme mi small coffee and muffin. Ya me he acostumbrado a este café. No queda muy bonito escribir la comparación que yo le hago al sabor de este café, pero ya lo encuentro hasta bueno. En cachondeo, lo comparaba con pipí de gato, pero, ¿acaso alguien ha probado el pipí de gato para saber cómo sabe y compararlo con este café? No, y yo no voy a ser la primera… reconozco que es quejarme por hacer la coña, porque, después, tengo un estómago a prueba de bombas. A prueba de McDonalds, más bien…

La primera parada ha sido Richmond, y con todo el trayecto de North Vancouver hasta Downtown y Canada Line hasta Richmond me ha dado tiempo de actualizar el blog. El Netbook es mi único compañero que me acompaña casi cada día de lunes a viernes. El fin de semana, ya normalmente lo dejo en casa, pero los días de diario, es ahí donde escribo, intento conectarme cuando puedo, voy ordenando las fotos… es todo un vicio. Una de las mejores compras que he hecho jamás, es alucinante que, desde un cacharro tan pequeño y aparentemente significante puedas hablar con gente de la otra punta del mundo, escribir, ver tus fotografías. Estas cosas nunca dejarán de sorprenderme.

En Richmond hemos llegado al mismo problema de siempre: mi “bendita” orientación. Últimamente, la cosa está peor y comienza a ser grave. Me da vergüenza hasta decir los ejemplos, pero desde luego que me cuesta saber dónde está el Norte, el Sur y las calles. Y con mapas, poco mejora la cosa. ¿¿Cuándo inventarán un Tom Tom actualizado, pequeño, discreto y efectivo para peatones?? Yo sería la primera en comprarlo. Con las grandes ciudades, me cuesta poco enterarme, peroalgunas veces, en nuevos lugares me siento completamente perdida. Entre eso, mi acento de inglés macarrónico y el incidente de la cámara y no haber puesto en su sitio a la aprendiz de choriza mi autoestima no anda precisamente en lo más alto. Para tener 30 años, debería estar ya más espabilada. A veces, parece que esté en el limbo, y que no aprenda. Con lo bien que me he habituado a Vancouver, su transporte público, sus lugares, sus tiendas y con el resto de lugares parezco una principiante. Gracias a mi poca fuerza de voluntad para levantarme hoy a las 6 de la mañana y evitar no amargarme con asuntos profesionales al otro lado del charco, he de decir también que me he perdido la visita al Templo Budista. Era de 9:30 a 17:30 h. y he llegado a las 17:50 h., claro que no sabía el horario. Pero si de buenas a primeras hubiera tenido orientación, hubiera ido antes de ir a Steveston. El mundo al revés. Primero me voy a ver lugares al aire libre y dejo para última hora los lugares a visitar. Mal hecho. Pero ya no puedo hacer nada… reconozco que estoy con un poco de estrés porque solamente me quedan 5 días y quiero aprovechar, aunque, si quiero verlo todo, tendría que no dormir ni una sola hora e ir con Fernando Alonso que me llevara a los lugares. Tarea imposible. Prefiero la tranquilidad del transporte público vancouverita (esta no es palabra mía, tiene tela que descubriera el gentilicio una vez ya estuve aquí). He de decir que Steveston me ha sorprendido muy gratamente. Es una pequeña villa de pescadores, y, ¡¡al fin!! he podido mojar los pies en la playa. Después he visto un cartel que decía que es agua insana… a buenas horas, mangas verdes. Esperemos que ahora no me salgan algas en la cabeza en lugar de pelo. He podido pasear descalza por la playa, que es lo que más me gusta, hacer muchas fotos, caminar tranquilamente (aunque a partir de ahora me va a costar un poco más porque tengo los pies dolidos de mis nuevos zapatos…). Ha sido otro de los momentos en que, especialmente, he pensado la frase del título, que sí, que es muy bonito, pero compartirlo sería mejor. Compartido, hubiera comido en alguno de los pequeños lugares con encanto que había a la orilla del mar. Veía mucha gente, toda ella acompañada, y he pensado eso. Yo me he conformado con mis provisiones en mi pequeña pero matona mochila. En ella, puedes encontrar de todo: el Netbook, los móviles, el mp3, los diarios (incluso he cogido uno gay que evitan en Vancouver, la curiosidad me ha podido, aunque haya quitado un ejemplar a algún lector o lectora para el cual se ha editado la revista, pienso que hay que estar informada de todo, y con lo curiosa que soy yo, me ha faltado tiempo. Tengo tanto tiempo de bus que me da tiempo a leer los 4 periódicos: el Vancouver 24, el Georgia Straight (la sección de preguntas comprometidas y las respuestas no tiene miedo, ay si Elena Francis levantara la cabeza y supiera inglés…), el Metro (con lo que me gustaba a mí la edición de Barcelona) y el Vancouver Gay & Lesbian News Xtra! Sí, en mi mochila puedes encontrar de todo: bolígrafos, gomas de pelo, 3 chaquetas, agua, patatas fritas, una naranja, galletas Marías, galletas sabor fresa… ¡¡y todo cabe en mi mochila negra!! Aunque reconozco que se ha quedado pequeña. Es por eso mismo que he decidido darme un megacapricho. El único además de mis cafés con muffins de Mc Donalds (hoy han caído dos, una fruit & fiber y otra de chocolate con Oreo, que sólo la he visto en Steveston, ¡¡deliciosa!!). Aquí hay una tienda que yo solamente la he visto en este país. Igual alguien acostumbrado a las marcas me dice que en mi país también está. Yo nunca he sido muy dada a marcas ni a gastar más dinero del necesario en ropa (sólo hay que ver mi “estilismo”, sobretodo el de últimamente). Aquí he visto las tiendas Roots, muy pijas deportivas, las típicas en las que comprarían los chavalillos y chavalillas de buen caché económico que vienen aquí a estudiar. Tienen mucha ropa y complementos en los que pone “Canadá”. Y yo llevo buscando, desde que llegué aquí, una mochila grande en la que quepan todas mis cosas (bueno, eso es imposible, pero, al menos, las más necesarias) para irme algún fin de semana en los que voy con mis cosas a cuestas, en los que tengo que llevar a todas partes las cosas conmigo. Es en esa tienda donde me he enamorado de una mochila de color rojo en la que pone en letras grandes: “Canadá”. Al fin, he encontrado mi recuerdo perfecto de este viaje. Finalmente, después de mucho pensar una chaqueta o algo que pueda llevar a diario para acordarme de esta estupenda experiencia, he encontrado la mochila de mis sueños. Un poco cara, pero la he encontrado. Cuando he visto el precio + las taxes, sólo me ha quedado el consuelo de que, una vez se pasa el precio a euros, ya no suena tan mal. En vez de sonar súper mal, suena simplemente mal. Finalmente, he decidido que no voy a comprar la bandera para que me la firmen los compañeros, entre otras cosas porque mucha de la gente con la que he congeniado ya se ha ido, y no me van a poder firmar la bandera. Así que mi intención de aparecer en el Aeropuerto cubierta con la bandera de Canadá no va a poder ser… Dios, ¡cómo me va a costar volver a la rutina diaria! Si me trajeran a la gente que quiero, me quedaba todo el tiempo necesario… hoy me decían que tenía que confirmar el vuelo, y reconozco que, maliciosamente, he pensado que ojalá lo cancelaran y no pudiera regresar hasta más tarde, jejeje, pero bueno, conociéndome lo irremediablemente responsable que llego a ser, cogería otro vuelo aunque pudiera comprar con la diferencia de precio unas 20 mochilas… total, después, tampoco me sirve de mucho ser así de responsable, cuando estoy cansada, duermo como un tronco igualmente.

En fin, mi vista a Richmond puede resumirse en: 1). Orientación penosa. 2). Orientación penosa y mapa engañoso reducido que hacía pensar que las calles a 1 km. de distancia eran en realidad calles paralelas próximas. 3). Conductores de autobús simpáticos que me han ayudado a no perderme (sobretodo uno asiático, con el que he cogido el C94, que es un minibus desde el Olympic Oval, y me ha dicho que hablo muy bien inglés, jeje, siempre me encanta que me lo digan, no hay nada como creerse las mentiras cuando te las dicen. Ha habido otro que no ha sido muy simpático y que apenas me entendía y otro que estaba tan ocupado ligando con una pasajera que apenas tenía paciencia de decirme el nombre de la parada más lento, suerte de una solidaria pasajera y de mi oído que, de vez en cuando, entiende alguna palabra). 4). Visita al centro comercial de al lado de la estación Brighouse y compra escandalosa de la mochila perfecta con la que siempre había soñado. 5). Visita a Steveston y descubrimiento de otro paraíso que merecería ser compartido. 6). Visita al Olympic Oval. Bueno, visita por decir algo: hacer fotos desde fuera, entrar y subir un piso y ver a 4 solitarios haciendo deporte y no poder acceder a nada más. 7). Visita frustrada al templo budista. Buen resumen, ¿no? Ya digo que hoy mi orientación no estaba para mucho, ya me ha costado encontrar el baño en el centro comercial… Podemos incluir en el tour Minoru Park. Sí, ellos le llaman park, pero yo, después de ver “Parks” de verdad, como Stanley “PARK”, ya encuentro que se queda en aspiración a PARK. Lo más bonito ha sido la ardilla peleona. Le he debido de gustar, pues quería acercarse a mí pero yo no lo tenía claro… la última que dejé que se acercara fue una en Londres en el 2004, y estas negras no sé por qué me dan un poco de miedo… la diferencia con una rata es que estas tienen una cola bonita, pero yo, en el fondo, soy una miedosa. Pero la ardilla insistía en acercarse, y más porque yo la estaba grabando en vídeo desde la distancia. En cambio, en cuanto ha visto a unos niños pequeños avanzar entusiasmados hacia ella, ha decidido que, lo mejor era poner distancia. En cambio, seguía deseosa de establecer conmigo una relación más próxima… me miraba desafiante incluso cuando se ha subido a un árbol, quizá estaba temerosa, aunque lo dudo, porque cuando ha bajado la que se ha asustado he sido yo de lo rápido que se ha querido acercar. Esta era de color negro. En cambio, las de Londres son grises. Aquí he visto sobretodo ardillas negras, y no sé si alguna de color marrón.

Hoy he cambiado de emisora habitual. Ahora escucho Vancouver QM, creo que dicen eso, al menos, en la 103.5. ¡Me gusta mucho la música que ponen!: Bryan Adams, Alicia Keys (sin Alejandro Sanz, pero…), Black Eyed Peas y mucha música que no sé de quién es pero suena genial. ¡¡Pero no ponen la canción que me tiene enganchada y que escuché el primer día que llegué aquí y que también he escuchado en las noches en que he salido!! Y como no me molesté en entender la letra porque estaba muy ocupada escuchando la música, no puedo buscarla en Google. Me veo conectándome al Skype y cantándola para que alguien me diga qué narices de canción es. He puesto en Youtube Canadian band 2010, Vancouver band y no sé qué más, pero no hay manera. Creo que es el grupo que el primer día el guía dijo que era canadiense. A ver si cuando llegue sigo enganchada y escucho las emisoras online. ¡Ah! He de decir que no tengo alternativa posible, ya que, como siempre, “es que no sé qué toqué que…” (estas palabras son siempre caso mío, muy recurrido) borré toda la música que tenía en el mp3. Otra de las cosas positivas que tendrá volver: ¡recargar música! Con lo que me gusta a mí compartirla, resulta que, Ley de Murphy, el día anterior al “incidente” había intentado hacer una copia de seguridad, pero, al encender el mp3 para cargarlo, se interrumpió. Y al día siguiente, ocurre el desastre. Así que, durante esta semana, nada de Arjona, Jason Mraz, Alejandro Sanz, Tommy Torres y canciones de los 70 y 80, que es lo que llevaba escuchando los últimos dos años que hace que tenía esa música cargada en el mp3. Llega el momento del cambio… obligado, pero llega el momento, jeje.

La siguiente parte del día ha sido el PNE. Pacific Nacional Exhibition. Tanto ver publicidad en los buses con el anuncio de los niños “Daddy, when can we go!”, a la niña de 30 años le han entrado ganas de ir. Y mi guía de Seattle me dijo que, entre Richmond y PNE, que, definitivamente, empleara mi día libre de clases en ir a PNE, y, claro, yo no podía descartar Richmond, porque tenía el afán de ver todo lo posible, así que he hecho las dos cosas.

He de decir que, cuando me he subido al bus en la bay 2, no ponía P.N.E., pero, como lo ponía fuera, yo, lista de mí, he deducido que ese bus iba a P.N.E., porque, además, ha subido mucha gente joven. Cuando he visto que una señora mayor y yo éramos las únicas en el minibus me he dicho: “Ups, algo “anda” mal…” y he preguntado a unos chicos que acababan de subir y me han dicho que no, que ese bus no iba al P.N.E. La parte positiva es que he hecho un tour por otra parte de North Vancouver… igual de bonita que la que ya conozco. De verdad que es un lugar apasionante, idílico, impresionante… con deciros que veo mofetas, miles de árboles, casas de ensueño y naturaleza, ya supongo que os podéis hacer una idea. Y la vez que salí a inspeccionar me encontré con parajes únicos. Los pinos altos hacían un efecto de bosque encantado. Canadá es digna de descubrir.

La experiencia P.N.E. podría ser mejorable. He llegado a las 20 h., sabía que estaba abierto hasta bien tarde “depending on the weather”. Adivinad qué ha comenzado a pasar a las 22:45 h… Por algo se dice que en Vancouver llueve casi cada día…excepto en verano, y yo he tenido mucha suerte. Sólo espero que esta semana el tiempo me permita ir a Capilano y a Spanish Banks…

Una vez he llegado a P.N.E., esta vez me he fijado mejor cuándo empezaba la tarifa “Dark”. En lugar de costar 20 dólares el ticket, cuesta solamente 5. Era a partir de las 21 h. He hecho bien en esperarme, sinceramente… De haberlo mirado a primera hora de la mañana, cuando he vuelto a chequear el tema de los tickets, podría haber alargado el tiempo en Richmond, aunque ya andaba bastante cabreada por el tema de la orientación y el mapa engañoso que me han dado. En ese mapa, parecía que todo estaba mucho más cerca de la realidad, era como un “mapa reducido”. Con razón por mucho que andaba y caminaba no encontraba nada ni llegaba a ninguna parte ni me cuadraban las calles…y yo aumentando mi complejo de mala orientación. Aunque, como he dicho, tengo un grave problema de orientación. El P.N.E. ha sido otra muestra… Al final, he llegado a la conclusión de que lo mejor era practicar mi inglés, que en días como hoy que estoy sola no es que lo practique mucho, y preguntar las dudas de orientación. En fin, P.N.E. está bien para niños y niñas si van en horario diurno que hay cientos de actividades. En horario nocturno, está bien para ganapios (¡cuánto tiempo sin escuchar esa palabra!) y aficionados a las atracciones y ferias que van en grupo. Yo, yendo sola, no tenía las más mínimas ganas ni intención de montarme en ningún cacharro, en primer lugar, porque vistos los últimos accidentes en Barcelona no me acabo de fiar, en segundo lugar, porque es algo que sola no lo encuentro tan divertido y, en tercer lugar, porque aquí, pese a pagar la entrada al parque, la zona Playland se ha de pagar cada vuelta con tickets. Cada ticket vale 1,5 dólares (no sé si las taxes están incluidas, alguna rarísima vez sí lo están), pero es que hay actividades que son 4 tickets. Así que, entre eso, y que no estaba yo muy motivada y el parque era tan grande que quería verlo todo, finalmente no me he montado en ningún sitio. La comida era carísima, menos mal que ya estaba harta de muffins, galletas, naranja, patatas fritas… ya he dicho que, a partir de la semana que viene, haré régimen estricto. Bueno, al menos, intención de régimen estricto… no voy a renunciar a mi vida social por hacer régimen, como no la he renunciado aquí y me iba a tomar helados gigantescos a la que alguien me lo proponía o a comer los megapedazos de pizza de Romano’s. En Romano’s, 2 trozos de pizza y la lata valían 4 dólares. Hoy en el P.N.E. pretendían cobrar 5 dólares por cada slice de pizza. ¡¡más de 3 veces el precio!! Hay muchas atracciones, pero no he visto nada nuevo o diferente. ¡Bueno, sí! Dos cosas: la primera es que hay empresas de bricolaje y demás que exponen sus productos en plan feria de muestras, había una casa que podías entrar y visitarla. Yo me he metido pensando que sería algo fulminante e innovador y era una simple casa. Hay cosas que no las entiendo… A continuación, ha habido algo que me ha gustado mucho, tanto que hasta le he hecho una foto: una recreación exacta del salón de los Simpsons en “modo real”. El hombre del stand me ha visto tan entusiasmada que se ha puesto a hablar conmigo y me ha dicho si quería una foto sentada en el sofá. Así que, ahora, tengo una foto a lo Homer Simpson pero sin cerveza ni patatas fritas (las patatas ya me las había acabado). Me ha dicho que tenía muy buen inglés, ya que me ha preguntado qué hacía en Vancouver y le he dicho que estaba viviendo aquí las últimas 3 semanas. Eso que, de vez en cuando, me digan que tengo buen inglés, reconozco que me sube la moral. Algo me ha mejorado, digo yo…

Y esa ha sido mi experiencia Playland. Cuando no es P.N.E., es decir Pacific National Exhibition, es la parte de parque de atracciones que se llama Playland. Belén y Fer me insistían en que tenía que ir a Playland (antes de que empezara P.N.E., que dura hasta el 6 de Septiembre, que, por cierto, es el día de Canadá). Yo les decía que prefería ver otras cosas de Vancouver más turísticas, porque ya tenía Port Aventura cerca de casa. Y, realmente, he hecho bien en no ir antes. He ido esta vez porque era la 100 edición del P.N.E. y hacían actividades especiales. Pero claro, no a partir de las 21 h., sino durante todo el día, y más enfocadas a niños. He recorrido la feria, y, finalmente, se ha puesto a llover cuando pensaba si quedarme media hora más.

Y este ha sido mi día…hasta que he llegado a casa. Eran las 9 de la mañana en la oficina y capítulo final. A estas alturas, ya no puedo desconectar. ¿Buenas noches Vancouver? Ya veré a qué hora…

Días 21 y 22: Seattle Experience… The apple of my eye… Watcha you doin’?

“The apple of my eye”. Es la expresión que define el objeto o persona más preciado o valioso de alguien… Es algo del vocabulario que he aprendido aquí. Definitivamente, para los americanos, no es “the apple of their eye”… y ya veréis por qué.

No he escrito porque ayer domingo llegué cansadísima a casa, y me puse a hacer las 4 cosas necesarias por Internet y, como siempre, me dejé lo más importante: mi fin de semana en Seattle. No me llevé el portátil porque no iba a estar sola, más que por pensar que el lugar podía ser peligroso o poco seguro… empezaré contando las cosas malas y, todo lo demás, fue estupendo. Fui con Fer, amiga de Belén, de 16 años. Son de la misma ciudad de Ecuador y se hicieron amigas estando aquí. En principio, íbamos a ir Maggie, Fer y yo pero, finalmente, Maggie no se pudo quedar más tiempo. El tour era con Club ESL y nuestro guía se llamaba Rob, muy simpático, muy majo, con mucha chispa, 25 años. Un guía muy enrollado, y, además, le entendía perfectamente el inglés, alucinante, si todos hablaran como él, no tendría ese sentimiento de idiota que tengo a veces de no enterarme de nada y de sentirme tan mal por seguir sin enterarme de nada después de llevar tantos años estudiando inglés. A lo que íbamos, la parte mala: Vancouver está a unos 30 min. conduciendo de la frontera con U.S.A. Salimos a las 7:30 h. de la mañana aprox. PUDIMOS ENTRAR EN ADUANA A LAS 15 H. Más de 7 horas de espera, más el correspondiente cacheo, pregunteo (nueva palabra) y demás. Durante la espera, pudimos ir al Duty Free, muy útil si no estás rozando ya el exceso de equipaje y, lo que es peor, el exceso de volumen para la capacidad de tu maleta, como es mi caso. No sé dónde voy a meter tantas cosas sin estrujarlas y arrugarlas. Ese día voy a parecer una cebolla en el aeropuerto con capas y capas de ropa. Definitivamente, si repito la experiencia, necesito una maleta más grande. Eso o arriesgarme y no traerme medio vestuario de invierno, como hice, y que, al final, no he usado nada. Por las mañanas, a veces, sí hacía frío, pero, con tal de no ir todo el día cargada con la ropa de abrigo y pasar después calor, cosa que odio, acababa pelándome de frío por las mañanas llevando un par de “chaquetillas de emergencia”. Así me ha ido…todos los días amenazaban con ser el definitivo para resfriarme. De momento, no ha sido así (toco madera). En fin, la espera la pasé durmiendo, como siempre. Yo soy peor un niño, en cuanto me monto en un vehículo de motor, caigo frita. No tengo remedio. Así pude recuperar algo de sueño después de la salida del día anterior y dormir no más de 3 horas y media. El capítulo de la entrada a Estados Unidos es bien digno de película…americana. Para empezar, te toman las huellas, de una manera muy rara: primero toda la mano excepto el pulgar, después el pulgar. Yo, que soy muy torpe para todas estas cosas, y más si me las explican en inglés, tuve que repetir. Afortunadamente, me tocó un policía muy simpático, que me dijo: “You seem so excited”. Y yo le dije que sí, porque tenía muchas ganas de ir a U.S.A. Me hizo gracia cuando vio mis sellos en el pasaporte y me preguntó que en qué países había estado. Le dije que tenía el sello de Mexico, Egipto, Marruecos, Canadá y ahora U.S.A. y él me dijo que si mis padres tenían dinero para pagarme todo eso. Ahí me tocó la moral. Me dieron ganas de decirle: ¿¿¿Pero tú has visto mi edad??? Le dije que yo pagaba mis viajes, que trabajaba en una agencia de traducción y entonces él me dijo “Ah, that’s why you speak English very well”. Me hizo gracia, porque, efectivamente, cuando tengo que hablarlo bien, me acabo espabilando. Eso sí, mi acento Spanish lo he desarrollado más que nunca, supongo que es mi mecanismo de defensa para decir: “Ey, yo te pregunto y ya sabes que no soy angloparlante, así que tu respuesta debe ser… slowly”. Lo bueno fue cuando pasé el control de mi “stuff”, es decir, mis trastos, mis cosas, mis pertenencias…. Y lo primero que me dice Rob es: “Do you have an apple?” Y, sí, efectivamente, Ley de Murphy, el único día desde que llegué a Canadá que iba a consumir una manzana y la llevaba en mi mochila. Una manzana roja, perfecta, de película… digna de foto. Y la tuve que sacar y enseñarla a la oficial de turno, quien la inspeccionó como si fuera la mayor de las hazañas, lo último en bombas, o en ataques víricos. Finalmente, la mujer me dijo que, para la próxima vez, tenía que dejar la pegatina conforme decía que era originaria de Canadá. Ya no dejan entrar ni a las manzanas, oye… Una cosa es nuestro país y otra es poner pegas a una inofensiva manzana. Ni tanto ni tan calvo. Finalmente, mi manzana y yo avanzamos victoriosas hacia la entrada al país… ¡¡Bienvenidas al sueño americano!! Y a mí me vino a la mente la canción de Bruce: “Born in the U.S.A”. Eso es lo que tiene la alegría del momento, que una se vuelve payasa. Muy payasa. Tanto como nuestro guía, que no paraba de hacernos reír. Después supe que fui muy afortunada, ya que a la que después fue una de mis compañeras de habitación le hicieron tirar la manzana y apuntaron su nombre y nº. de pasaporte, bajo la amenaza de una posible multa de 300 dólares… ¿¿Alguien me lo explica?? Están un poco paranoicos. Con tanta tontería, lo único que se consigue es estar esperando más rato para entrar al país y que acabes perdiendo los nervios. Yo fui para 2 días, pero había gente que iba para solamente 1 día, y no sé qué verían llegando a las 4 de la tarde a Seattle…

Por cierto, he dicho que iba a explicar las cosas malas, y solamente he explicado la primera, la frontera. La segunda es que, después de hacer el tour y de visitar el Space Needle para poder disfrutar de la vista aérea de la ciudad, Fer y yo, las dos solas, sin la orientación de ninguna de las dos, a las 12 de la noche, decidimos dar una vuelta por la zona de bares y demás. Ella tiene 16 años, así que no podíamos entrar en ningún local, pero queríamos ver el “ambiente”. Y vaya que si lo vimos… perdidas como estábamos, íbamos paseando por la calle y, de repente, ella me dice que le acaban de quitar la cámara. Nos sobrepasan 2 “chicas” (de chicas nada, que eran más grandes que yo, en eso me amparo) y, en cuanto me dice que han sido ellas, yo me adelanto y les digo que me devuelvan la cámara, please. Entonces, se paran de repente y me dicen: “Watcha you doin’? En un tono slanguero que no me moló nada. Reconozco que me entró miedo, porque, seguramente, eran un poco más jóvenes que yo, pero no me dieron nada de buena espina, y me dio miedo que nos hicieran algo a las dos y no sólo nos quitaran su cámara. Tendría que haberme puesto a gritar. En ese momento, me quedé como una idiota, ni siquiera las perseguí cuando salieron corriendo. Me sentí inútil total, pero reconozco que YO tuve miedo de que NOS hicieran algo. En ese momento, todavía no había reaccionado, y fue cuando apareció un taxista y le explicamos lo que nos había pasado y el taxista dio una vuelta y las persiguió. Fue muy amable y solidario, es de agradecer. Así que Fer se quedó sin su cámara y yo con un sentimiento de idiota y estúpida por no haber podido hacer nada más. Un robo de lo más tonto. 3 semanas en Vancouver y no nos pasa nada, y llegamos al sueño americano y en 8 horas ya nos están robando. ¿Coincidencia? Sigo sintiéndome imbécil. Después hablamos con unos policías y les dimos una descripción del incidente y de las individuas y dijeron que harían un rastreo por la zona y, en caso de encontrar la cámara, la dejarían en el hotel. Di los datos de nuestro guía, y las señas. No creo que sirva de mucho, pero, al menos, en ese aspecto sí hice todo lo que estaba en mi mano, ya que también le expliqué ayer lo ocurrido al guía para que advierta a los próximos que esa zona no es nada deseable ni transitable a partir de ciertas horas solas 2 personas por la noche. En fin, que podría haber sido peor. Mi deseo es que no tengan nada ni a nadie bonito a quien fotografiar con esa cámara. A Fer le han fastidiado la fotos de Seattle. Por suerte, había hecho copia de seguridad del resto. Si creéis que yo hago muchas fotos…es que no la conocéis a ella, que todavía hace más que yo jeje.

Ahora ya, todo lo que voy a explicar es bueno. Fuimos al famoso Outlet y ahí estuvimos dos horas. Tiempo suficiente para comprarme 2 pares de zapatos, no por frivolidad, sino porque, al llevar plantillas, pocos son los que puedo llevar y encontré unos que me podían ir bien. Y si compraba el segundo par me quedaba al 50%, así que… Después, compré otra cosilla pero no para mí. Y fuimos de camino al Seattle. Como siempre, me volví a dormir, como viene siendo habitual. Y me desperté viendo la ciudad de Seattle y sus bonitos rascacielos. Tiene menos que Vancouver, solamente tiene en el centro. Pero los que tiene son también bonitos y espectaculares, de un vidrio azul de color claro y también azul oscuro. Yo andaba buscando la megamansión de Bill Gates y su imperio de Microsoft para ver si quería contratarme, pero solamente vi la ciudad y el Outlet… Después, Rob nos explicó que Microsoft está a 45 min. de Seattle, yo me he quedado con las ganas de ver qué tal es eso, por ahora, mi único consuelo será mirar en Google Earth…que, por cierto, muchas veces es sorprende y curiosamente efectivo. Tampoco pude ver su megacasa. Lo que sí me sorprendió es la historia de Paul Allen, su primer socio en Microsoft. En un principio, ambos crearon y levantaron la empresa juntos, pero un día, a Paul le diagnosticaron de cáncer y le dijeron que iba a morir. Fue entonces cuando Bill quiso comprarle su parte de una manera poco limpia (seguro que la historia está mejor explicada y con más detalles por Internet, pero ahora mismo estoy haciendo mis deberes en la Canada Line camino de Richmond). Finalmente Paul no murió, superó el cáncer pero se separaron definitivamente en el negocio. Y Paul tuvo una sensacional idea: “Rock on, life long…”. Ese es el lema que rezan las pegatinas de entrada a su Experience World Music: un edificio gigantesco y muy llamativo que es una especie de museo de la música moderna: cientos de guitarras (hay una torre de ellas, apiladas, formando una escultura de lo más original), la posibilidad de tocar instrumentos, mesas de mezclas, baterías, pianos… Fer y yo entramos en una sala durante 10 minutos para tocar unos teclados con mil posibilidades. No nos pensamos un segundo en entrar, para mí la música es una de mis grandes pasiones, y un lugar llamado Experience Music Project me motivaba extremadamente… La nota payasa del domingo fue una actuación del grupo Marifers, que cantaron la canción “La Bamba” con público, instrumentos, efectos especiales… Guardo la entrada. Imaginaos cómo fue. Fer en la batería y yo en la guitarra eléctrica y la voz… jajaja. Único. No pueden negarme que me lo tomé bien en serio. La entrada también incluía la visita al Science Fiction Museum, con reliquias y tesoros de películas fantásticas y de ciencia ficción. Estaba E.T., el Terminator, vestidos de “La Guerra de las Galaxias”… mil cosas. Todo ello de Paul Allen. A su manera, también ha montado un imperio, aunque para una minoría. Pagar 15 dólares para ver estas dos cosas no lo encontaré del todo abusivo. Además, 15 dólares solos, sin sumar las TAX. Ahora, cuando llegue a España calcularé todos los precios y me pondré a sumarles el 18% de I.V.A. En Canadá, los impuestos sólo son un 12%, pero raramente están incluidos en el precio, y, en U.S.A., creo que eran un 8%. Esta fue nuestra experiencia del domingo.

Nuestro sábado finalizó con una vuelta en bus por Seattle. Rob, nuestro guía condujo la mayor parte del tiempo el bus. Su asistente, Felix, conducía también y se encargaba de darnos los papeles de la frontera y demás. Aunque el papel de showman se lo dejaron a Rob única y exclusivamente. Las vistas desde Highlane Street (no recuerdo si era ese nombre, era high…pero no lo recuerdo) son increíbles, se ve toda la ciudad de noche iluminada. También pasamos delante del estadio del equipo de Seattle. Yo no quise entrar a ver el partido el domingo y preferí quedarme visitando la ciudad. Para 5 horas que tenía para ver la ciudad… prefería eso…ver la ciudad y el Experience World Music. Bastante me mosqueaba no poder ver el inicio de liga de mi Barça, y eso era irremplazable de ver cualquier otro partido. Al menos, me alegra y me anima saber que el Barça SÍ hizo un buen trabajo. Ole y ole. Me encanta recibir buenas noticias estando lejos, como que ha ganado la Supercopa y el Gamper y ha empezado la Liga marcando 3 goles en Santander. Bendito Internet, porque, si no, me hubiera sido muy difícil enterarme. No he visto ningún bar donde se sigan los partidos, al contrario que cuando he estado en Amsterdam o Londres. El sábado después de hacer la ruta en bus todos juntos, Fer y yo decidimos subir al Space Needle, una torre desde la que se divisa toda la ciudad, como el Vancouver Lookout. El edificio es singular y digno de foto, aunque no subas a él. Nosotras compramos un ticket de 24 horas, para subir y ver las vistas de noche y de día. Hicimos muchas fotos (también con la cámara de Fer, sin saber el destino que le esperaba…) y nos maravillamos con las vistas. Pero sigo pensando que Vancouver es mucho más bonita… me está pasando algo muy extraño y preciado a la vez con este país. Yo he podido ir mil veces a Francia y no me siento tan en casa y tan a gusto como aquí. Y siempre llevaré el recuerdo de este país y estas 4 semanas en el corazón… me va a dar muchísima pena irme de aquí. Y espero tener la oportunidad de volver, porque echaré de menos este lugar y lo recordaré. He viajado muchas veces y he conocido lugares preciosos, pero nunca me había sentido tan a gusto y tan integrada en el lugar. Y no es porque haya conocido mucha gente del país, para nada, creo que, además de los guías y de algunos de los profesores y empleados de bares y restaurantes, sólo he hablado con un canadiense que conocí en el bus. Digamos que no he estado muy sociable, a mí me cuesta ser la primera que habla, aunque, eso sí, una vez me hablan, no callo y tengo cuerda para rato... pero sí seré algo tímida siempre… La cuestión es que este país me ha maravillado y encantado, y solamente he estado en British Columbia, así que si conociera el resto, supongo que alucinaría. Tengo pensado volver más adelante, esta vez haciendo una ruta en más de un lugar. Quizá otra vez sola, quizá acompañada, nunca se sabe. Desde luego que sería más bonito acompañada. A veces, me siento culpable porque estoy conociendo sitios preciosos, muy bonitos, y solamente los estoy viendo yo. O yo le doy mucha importancia o no creo que merezca el privilegio de ser la única que lo vea. Es todo tan bonito…

Después del incidente con las amigas que podrían ser coristas de Eminem (no se me olvidará, “Watcha you doin’?”. O quizá Jason Mraz también las podría incluir en una canción como Jeek in the Pink jajaja), a Fer y a mí nos quedaron pocas ganas de seguir “investigando”, así que a la 1 de la madrugada nos dirigimos al hotel. Nuestra noche fue el Space Needle y la visita a Mc Donalds. Qué gracia, porque en cada país son diferentes. Eso sí, las hamburguesas en Canadá y en Estados Unidos son mucho más baratas, sobretodo en U.S.A., donde tienes una señora hamburguesa por 1 dólar. Así no me extraña que tengan tanta clientela… y eso que, cuando salíamos, estaba el camión que les proporciona la “materia prima” en la puerta trasera y vimos en primera persona cientos y cientos de… ¿hamburguesas? congeladas. Me llamó la atención, por decirlo de alguna forma. Lo que también me llama la atención de McDonalds aquí es que puedas pagar 1,56 dólares con tarjeta de crédito sin que te miren como perdonándote la vida. ¿La razón de pagar con tarjeta? El evitar la calderilla que no será reembolsable y el no estar familiarizada todavía con las monedas, además de que es un sistema mucho más rápido… Nuestro hotel en Seattle era un señor hotel. Después de estar 3 semanas en mi “casa de acogida”, reconozco que esa noche dormí como un angelito las 5 horas que pude. Es el hotel Quality Inn. Teníamos café gratis y el desayuno incluido. Eran 2 camas y, en cada cama, dormíamos 2 personas. Compartimos habitación con dos chicas brasileñas que habían venido a aprender inglés. Por una vez, alguien más mayor que yo… Ambas estaban casadas y llevaban un mes. Eso me hace gracia, veo mucha gente que tiene pareja y se tira aquí unos meses… A mí lo que me fastidiaría de tener pareja es justamente no poder hacer estas cosas, pero, si encima se puede, ya es genial. Es cuestión de que no coincidas con la pareja en las vacaciones… lo que yo vería como un fastidio en un inicio, puede ser una alternativa a las vacaciones. Yo sólo sé que quiero volver a hacer vacaciones idiomáticas. Si no el año que viene, al siguiente. Y esta vez creo que será Chicago. Es como Vancouver, sin apenas saber nada, yo decidí que, por el clima y por lo que sabía de esa ciudad (que de ahí era Jason Priestley, jajaja), quería venir aquí. Y he tenido tanta suerte… es uno de los mejores sitios donde he estado en la vida. Sólo comparable a Shian Khan en Mexico. Y, justamente, al poco tiempo de ir yo, un huracán lo destrozó.

El domingo yo me levanté a las 7:15 h. Quería aprovechar una ducha tranquila en un hotel de categoría, volverme a lavar el pelo, tomármelo con calma… así que, por una vez, mi amiga con la que comparto habitación no tuvo que casi arrastrarme de la cama para decirme que es la hora de levantarse (que se lo pregunten a mi amiga Marta, que cada mañana en los 3 años que nos hemos ido juntas de vacaciones ha sido la primera en levantarse). Después, me tocó esperar al resto a que se ducharan, pero yo aproveché para echarme un rato (yo y mis siestas express, de eso también le podéis preguntar a Marta). Que tengo un cuarto de hora libre y no tengo nada que hacer, yo hago mi minisiesta, aunque después me levante toda zombie, jajaja.

Después, aproveché el desayuno del hotel con Fer. Y, cuando dicho “aproveché”, digo “aproveché”. Después de llevar todo un mes desayunando tostadas de pan de molde con sabor a ajo (sí, no sé por qué pero saben a ajo, posiblemente porque esté congelado, o porque sea un tipo de pan especial, porque esta mañana no lo he tostado y me sabía a ajo más que nunca, ya parezco a mi madre con mi sensor para detectar el sabor a ajo…) con mantequilla y mermelada de fresa, el desayunar algo diferente, fue toda una bendición: pastitas con crema, con pasas, salchichitas con un par riquísimo, yogur, cereales, leche, fruta… ¡Cómo disfruté! Ya no tuve hambre durante el resto del día. Como no paramos, lo cierto es que ni siquiera pensé en comer. Acto seguido, fuimos a hacer la ruta por la ciudad, en la cual dejamos a los que iban a ver el partido en un lugar, a otros en otro lugar y a los que queríamos ir al Experience Music Project en otro lado. Pasamos por la zona de Pike Street, donde está el mercado y también el primer Starbucks del mundo, que se abrió en 1971 (más tarde, con Fer, volvimos a visitar “en profundidad” ese lugar). A continuación, hicimos la visita al Space Music, que para mí fue divertidísima. Nos reímos mucho, con nuestra actuación, nuestro intento de acariciar los teclados (porque para tocar hay que saber… yo me dediqué a mecanografiar con las teclas, siempre he querido aprender a tocar el piano, es una de mis asignaturas pendientes, por decirlo en positivo (que hoy ya he sido suficientemente negativa) y también a hablar por unos micros que distorsionaban la voz. Desde la prima pequeña de Carmen de Mairena a la voz que te queda cuando aspiras helio. Después de la visita, nos fuimos a aprovechar el ticket del Space Needle para ver la misma vista durante el día. Reconozco que me gustaron más las vistas desde el Vancouver Lookout. Con la vista de noche me quedé muy impresionada. Como ya he dicho, Seattle tiene rascacielos, pero, básicamente, alrededor son edificios pequeños. Acto seguido, teníamos la intención de coger el monorraíl una parada para ir a la zona de Pike Street, ya que el acuario, que está justo al lado, era nuestro punto de encuentro. Por una vez, visité una ciudad y no me empeñé en visitar el acuario… Sólo por la falta de tiempo. Porque cuando a mí se me mete en la cabeza que tengo que ver el acuario, soy bastante testaruda, y da igual la cola que tenga que hacer o los niños traviesos, yo a lo mío, de eso también hay más de uno que podría dar testimonio jaja.

Finalmente, fuimos caminando. Nos pasamos de la parada del Monorail y, para no volver caminando hacia atrás, optamos por ir caminando. A estas alturas, yo ya me había “familiarizado” con el plano de la ciudad, y pudimos llegar sin problemas. “A estas alturas”. Sí, porque la ciudad hace unas pendientes que, por suerte, nos tocó bajar en lugar de subir. Finalmente, llegamos a Pike Street y a nuestro primer Starbucks. Hice algunas fotos y tenía intención de comprar algún souvenir, pero el precio era escandaloso, mucho más que la mochila de mis sueños. Y como ya tengo vetado el incluir más peluches (aunque no he hecho mucho caso…), pues me fui sin nada, solamente con poder decir que ya he visitado el primer Starbucks, que se abrió en Seattle. Nunca te acostarás sin saber nada nuevo… justamente eso digo yo. Iba a hacer la broma y añadir el “después”, pero ya fui lo suficientemente payasa en el Experience Music… ¿o no?

Una vez llegamos a Pine Market, Fer y yo estuvimos dando una vuelta por el mercado. Por cierto, un mercado muy bonito, blanco y limpio. Ella me preguntó si eran así en mi país. Yo le dije que hay de todo (por motivos profesionales familiares ya me conozco unos cuantos…, y, además, tengo la costumbre o manía de visitarlos cada vez que voy a otra ciudad y me los encuentro, como el Mercado de la Ribera en Bilbao). De ahí, ya fuimos a nuestro punto de encuentro y regresamos todos juntos, después de recoger a los que se habían quedado en el partido, al Outlet de Seattle.

En el Outlet de Seattle, esta vez estuvimos Fer y yo juntas las dos horas. En mi viaje de ida, nos perdimos ya en la primera tienda, en Sketchers, donde me compré los dos pares de zapatos. Ella se compró sus dos pares y, la una por la otra, pensamos que la otra se había ido de la tienda y seguimos nuestro camino. He de decir que, ¡¡al fin!! después de unos 7 años o más en mi cartera (y no exagero, creo que llevan casi 9 años o más), pude gastar dos cheques regalo de Estados Unidos. Ya había perdido toda esperanza, en España no los podía gastar más que en El Corte Inglés y, cuando me decidí a gastarlos, dejaron de aceptarlos, y ya lo daba por perdido. Así que, desde el sábado, mi cartera abulta un poco menos (aunque he de decir que, cuando viajo, y más largo tiempo, al extranjero, está en tamaño reducido, ya que muchas de las tarjetas de puntos las dejo en casa. Me ha hecho gracia que aquí tienen la Travel Club pero se llama Air Miles, y es de las pocas tarjetas que me traje, aunque es un programa diferente en Canadá. Yo soy la niña de las promociones jejeje.

Después de hacer las compras en el Outlet, de nuevo un par de horas de autobús. El regreso a Canadá no fue tan pesado como la ida. Es mucho más fácil ir de Estados Unidos a Canadá que viceversa. Sólo hicimos un poco de cola, y esta vez no fueron tan… iba a decir tiquismiquis, pero no queda políticamente correcto, ¿no? Imaginaos que, ahora que tienen mis datos en su sistema general, me buscan en Google y llegan a este blog… ¡Madree! No quiero ni imaginarme la que podrían liar. ¡¡Porque yo también pasé una manzana!! Sobretodo, ¿eh? Si vais a Estados Unidos y lleváis una manzana, decidlo, y que lleve la pegatina del país del que es originaria. No sé si aceptarán las manzanas españolas. Que aceptan las naranjas de Valencia, lo sé seguro, porque la que comí era de allí, ¡¡qué gracia!! Al fin producto español, le hice hasta una foto de la alegría jejejeje. El acceso fue fácil, me preguntaron cuánto tiempo iba a estar en Canadá, yo dije que sólo hasta el sábado y eso fue lo que les hizo pensar que, puesto que era tan poco tiempo, no merecía la pena preguntarme nada más. A la salida, nos esperamos todos fuera y volvimos al lugar desde donde habíamos entrado a la aduana para montarnos en el autobús. Gran error. Salió una oficial a recordarle a Rob la importancia de cumplir las normas: el autobús avanza hacia la zona de salida y ahí nos subimos todos. Nosotros NO retrocedemos, el autobús AVANZA. Así que, cuando ya estábamos montaditos en el bus, cansados del trote, Rob con su gracia nos pidió amablemente que bajáramos, le esperáramos 4 pasos más adelante y volviéramos a subir. Gracioso, ¿eh? Quizá querían cerciorarse de que no me había llevado ningún americanito simpático en mi mochila rosa. Que no, que no, que no me había llevado a nadie, que ahora abultaba un poco más por las compras… Es mejor tomárselo a cachondeo. Espero que eviten alguna catástrofe con toda esta burocracia, me gustaría pensar que sí. Y también con la burocracia de no poderme llevar el desodorante y la espuma del pelo en el equipaje de mano, razón por la cual siempre que viajo a un destino corto que me cobran facturar, como por GRAN EJEMPLO Vueling, voy abriéndome paso solamente levantando los sobacos y tengo el pelo como una fregona sin forma ninguna. ¡Eh! La primera parte es broma, ¿eh? Que, afortunadamente, el desodorante roll on cumple las normas de “seguridad”. Desde luego que es seguridad el no ir abriéndote paso levantando los brazos... Y yo me pregunto… ¿qué diferencia hay entre poner un líquido en un envase de 90 ml. que en uno de 200 ml.? ¿Qué es lo que le hace más seguro? Será que no hay bombas y venenos que con menos de 90 ml. te dejan K.O. Me gustaría, de veras, saber el razonamiento de esta norma…

Finalmente, llegamos a Vancouver, hogar dulce hogar… sí, sentí que estaba en mi hogar cuando pasamos el puente y vi los rascacielos bien cerquita. Ese es mi hogar. Adios sueño americano hasta la vez siguiente…

Cuando estábamos llegando, Rob nos comentó que una escena de la película “Pretty Woman” está filmada en el Seabus de Vancouver y no en el hall del hotel lujoso, el Beverly Wilshire. Tengo que volver a ver la peli para reconocer esa escena… jejeje.

Al salir del bus, una de las chicas brasileñas con las que habíamos compartido habitación me comentó que cogía el mismo bus que yo habitualmente, aunque, finalmente, ella decidió que podía irse sola, ya que, como el circuito acababa en Waterfront, quería coger el Seabus. ¿He explicado lo que es? Es divertidísimo. Sea y bus. Un autobús de agua. Va recto, como un barco, y va por el mar desde Vancouver a Londsdale Quay, en North Vancouver. Apenas tarda 15 minutos. Yo aprovecho el trayecto para mirar embobada por las ventanas y hacer fotos. Sólo lo he cogido 3 veces, porque, afortunadamente, tengo bus directo, pero es una experiencia muy divertida. Esta vez, no pude hacer fotos porque estuve hablando con las dos chicas catalanas que habían en el tour. Éramos unas 25 personas, y había dos chicas catalanas. Después de un mes sin hablar catalán, ya se me estaba olvidando. Y hablé con ellas en catalán. Me estuvieron explicando que ellas estaban en otra escuela y, una vez más, comprobé que pagué muchísimo más dinero que hubiera pagado en otras escuelas. Yo miré en varios sitios, pero no hubo suerte. Está claro que, ahora que sé cuáles son más o menos los precios y sé cómo funciona la cosa, para otra vez lo miraré muchísimo más, no sólo removeré cielo y tierra, sino atmosfera, estratosfera, litosfera y lo que haga falta. Porque la diferencia es pagar la mitad y con pensión completa, y no como estoy yo, suplicando el bocata del mediodía (por cierto, hoy no había ninguno con mi nombre en la nevera, he cogido uno de los que había preparados pensando que sería para mí, y, si no, ya se habrán dado por aludidos… ese era el acuerdo o “petición amable” que hice… que yo también estoy siendo flexible en otras cosas). Estas chicas ya se iban hoy. Otra vez más vi que había sido muy afortunada con el vuelo, ellas vuelven con escalas y demás, ¡¡qué contenta estoy de que voy a volar directa!! Me montaré en el avión a las 17:45 h. hora canadiense y a las 13:45 h. del día siguiente bajaré en El Prat. Espero dormir todo el viaje para no deprimirme, y pensar más en la gente que quiero que voy a ver y no en el paraíso de este mes… Como siempre, me despertaré en cuanto huela a comida, ¿¿soy la única que se pone contenta cuando le traen la comida rara del avión?? A mí me encanta, sobretodo porque en los vuelos habituales no la traen.

Cuando llegué a casa, mi compañera de habitación, Rino, milagrosamente estaba despierta. No había llegado hacía mucho, ¿Sabéis de dónde? ¡De Seattle! Sí, a eso se le llama comunicación… claro que ella el sábado por la mañana, que también estaba despierta, me dijo que se iba a Victoria, pero sólo el sábado. Domingo se fue a Seattle, y estuvimos en los mismos sitios pero no coincidimos, y ella sí compró el peluche de Starbucks… Estoy contenta porque ayer hablamos un poco más, quizá no hemos hablado porque no se ha dado la oportunidad, la chica es muy amable y sonríe mucho, aunque a veces no me entiende, supongo que por mi Spanish accent… y mi día acabó haciendo gestiones internáuticas, dejando el blog para el final y caí rendida…