viernes, 2 de marzo de 2012

It's possible...




Hoy hemos conocido ¡al fin! lo nuevo de Roxette: It’s possible. Y sí, es posible… es posible que pasen cosas como lo que nos pasó a mi chico y a mí el año pasado cuando fuimos al concierto de Roxette en Frankfurt.

El concierto no era en el centro de la ciudad, sino en un recinto alejado. Reservé un hotel a unos 4 km. que era de los que me aparecían más cercanos, y a mi chico y a mí se nos ocurrió la sensacional idea de ir caminando desde el hotel. El camino era campo, como en las pelis de miedo, pero mucho peor. Inimaginable.

La ida, bien, cuando estábamos hartos de caminar, nos "recogieron" un par de buenos samaritanos, que suerte de ellos, que, si no, no llegamos a la hora.

A la vuelta, la cosa fue peor... íbamos en fila india, todo oscuro y no dejaban de pasarnos coches justo por al lado, porque no había arcén para caminar (nadie más tuvo la estupenda idea de ir caminando, los únicos pringaos fuimos nosotros jajaja). Cuando ya llevábamos un buen rato caminando y empezábamos a temer que dejaran de pasar coches y nos quedáramos simplemente con la iluminación de los teléfonos móviles, este par de Indiana Jones a lo aficionado y parientes lejanos de McGyver tuvieron la "suerte" de que otros dos samaritanos les ofrecieron subirse a su coche para llevarles en coche.

Una vez en el coche, Mari, o sea, yo, que, a la ida tenía "un poco claro" cuál era el camino, pero, entre sus funciones de intérprete y el miedo en el cuerpo de no pasarnos, no dijo nada hasta que Javi dijo unas pocas veces a lo bajini: "Yo creo que nos hemos pasado". A la tercera, Mari reaccionó con un "¡Stop!" al que prosiguió una frenada en seco del conductor buen samaritano. Y ahí nos quedamos Javi y yo, en un camino oscuro, sin luz ninguna, y unos arbustos o plantaciones de casi un metro de altura... volviendo el camino hacia atrás hasta encontrar la "salida" para cruzar al otro lado de la carretera y proseguir el oscuro camino...

Ahora nos reímos, pero durante el trayecto, nos imaginábamos protagonistas involuntarios de todo tipo de películas de terror, ¡eso sí! con música de Roxette sonando a toda pastilla desde el móvil (a mí particularmente me animaba jeje) y amenizado también con letra española con frases como "no me escuchas", y "pues haberles dicho que pararan" como improvisados coros a las canciones. Una aventura que ahora recordamos a carcajadas.