¿Dónde están nuestras ilusiones perdidas?

Me doy cuenta que cada día somos más insolidarios y miramos más hacia otro lado cuando hay un problema. Miramos a los indigentes como si nos creyéramos superiores y ellos hubieran hecho algo mal, cuando es probable que lo que haya pasado haya sido un cúmulo fortuito de mala suerte…sin más. Hace un año, se hizo un estudio con personas que habían estado viviendo en la calle, y, cuando les preguntaron qué era lo que habían sobrellevado peor o lo que les había sentado peor, dijeron que la mirada de la gente. No me extraña. Miradas de indiferencia, desconfianza, despreocupación, de tratar de ignorar un problema que cada día va a ser el de más gente… ¿Y qué estamos haciendo para remediarlo? A mí de momento se me ocurre escribir en mi blog y ayudar a quien pueda reflexionar sobre ello, pero no quiero caer en la demagogia.

Ya no hay fraternidad y ganas de dar la cara por nadie que no sea de nuestro entorno (¡y dando gracias!). Miedo me da que un día me atacaran a plena luz del día en el tren o en un sitio lleno de gente y que la gente mire hacia otro lado… lo que me daría miedo no es el ataque, sino la indiferencia del resto… El dejar de creer en que somos buenos y solidarios por naturaleza me dolería más que cualquier otro ataque. Y no me extraña que pasara. Somos cobardes, conformistas y acomodados, y con esta postura, siempre vamos a tener miedo. ¿Cuándo vamos a cambiar las normas para poder vivir en una sociedad en paz y sin guerras? Por más que me lo explicaran en el colegio y en los libros de historia, nunca entiendo cómo un ser que se supone que es racional como el hombre puede acabar destrozando vidas, historias, familias y propiedades ajenas con una guerra. La guerra es el punto débil que hace que nos cuestionemos hasta qué punto somos el animal más racional del planeta. El resto de animales matan para sobrevivir, para tener su alimento, y la mayoría de las guerras son por sentimientos nacionalistas, caprichos de mandatarios o puras venganzas… Es algo que nunca entenderé, por más que me lo hayan tratado de explicar.

Feliz Fin de Semana a todos, disfrutadlo con gente que os quiera y aprecie vuestra compañía, sólo vivimos una vez y tenemos que aprovechar los momentos de felicidad… Nunca sabemos el destino que nos estará esperando a la vuelta de la esquina. Un abrazo muy muy fuerte.